Boris Club

Fuimos a ver una banda de jazz cubana, muy bueno el show. La ambientación del bar y la cantidad de mesas también son adecuadas. La comida esta bien, como para acompañar al espectáculo. Pero no elegiría el lugar por su carta, precios elevados en relación a la calidad

Sin animo de ofender a los otros lugares, es el lugar de Jazz de la ciudad de Buenos Aires.
Es el que mas se arriesga con la tematica musical. No solo con los nombres si no que a veces rompe con el esquema del jazz convencional y se mueve con otros generos.
Ahi conoci la Boris Club Band y me revento el marulo.
Y el tributo a Amy, nacio por estos lados y termino en calle corrientes.
Gran ambiente. Gran lugar. Gran acustica.
Estas obligado con la consumision, aparte del valor de la entrada.
Realmente en ese aspecto nada del otro mundo.
Lugar donde uno tiene que estar pendiente de la programacion, por que siempre hay algo interesante para escuchar.

El lugar y el ambiente son muy lindos. Hay gente de todo tipo. Fuimos a ver a una imitadora de amy winehouse y estuvo muy bien y se escuchaba bien. El tema es que la consumición mínima es de 90. Ademas es todo carisimo (cualquier plato 200 $ para arriba). Nosotros pedimos un trago y estaba rico. La atención más o menos. Nos trajeron los tragos rápido pero después pedí un vaso de agua y me lo dio antes de irme. Luego, cuando nos cobró pagamos en efectivo y para darnos el vuelto tuvimos que esperar a que le cobren a todos lo que pagaban en tarjeta (40min). Sacando eso, bien.

Boris club es un club de jazz ubicado en palermo, donde se apuesta fuertemente a nombres especializadisimos en el género (leasé Malosetti, Escalandrum, Piazolla, Carlos Casella, big Bands, TODOS los días. Alguna que otra vez tienen algún desliz roquero (he ido a ver a Gonzalo Aloras, Leo Garcia y algún etc que me estoy olvidando)
La calidad de sonido del lugar es imponente, ojo que también quienes tocan no son ningunos improvisados debutando en el escenario.
Personalmente me parece que la gente que frecuenta este lugar, no tiene mucha idea de quien toca ese día, sino que disfruta todo lo que se de por la calidez del lugar.
El lugar ofrece una carta donde se intenta ser gourmet (no me gustó nada de lo que comí y me pareció carísimo por eso mismo) Y ahi tenés el punto más flojo del lugar… no sólo pagas una entrada que ronda los 150 pesos para arriba; sino que además estas obligado a consumir al menos $ 90 por persona.
Podés sacar la entrada por ticketek y guardarte el efectivo para gastarlo ahi.

Muy buen lugar para descontracturar la semana y disfrutar un poco de jazz. La atención de los mozos es excelente, muy atentos y amables. La ensalada de salmon es muuuuy rica. Nada mas para decir.

Con este lugar tengo una relación especial. Amo su programación. Amo su ubicación. Amo su diseño, su decoración, su comida.
Suelo ir seguido para ver espectáculos especiales, raros y que no están en otro lado. Tiene una programación tan particular como fantástica. Es necesario chequear constantemente qué es lo nuevo que va a haber en el escenario para emocionarse con algún plan.
Musicalmente, es un lugar increíble. Suena DE FUCKN’ MOTHER, es innegable que la gente de Boris se preocupa por su espectador y por sus artistas.
Y encima de escuchar y ver un espectáculo de buena calidad, vas a tener lo mismo en la mesa: toda la comida es de primera calidad, con menú gourmet y carta de vinos. Incluso en la parte alta del lugar, hay una barra donde preparan de los mejores tragos.
¿Tenés una cita? ¿Vinieron amigos de afuera y querés llevarlos a un lugar lindo? ¿Querés festejar que te recibiste con tus viejos y la abuela? Este lugar da para todos los aspectos, eso sí: vestite lindo y perfumate, porque este lugar lo amerita.

What a great place!!! Loved the music and the food was good. Drink service was a bit slow. I don’t think argentines get drinking while watching a show. We really had to hound our waitress. But still great. Love that you can pick your own seats. Sat by the bar and it was perfect and not crowded!

Nice little jazz club/​bar in Palermo Hollywood. Good menu and bar, with options to have a cocktail, beer and tapas (picada). Not really a place for dinner, more to eat a picada and have a few drinks. A little on the expensive side food wise, but hello, you are in Palermo.
Small enough to be intimate but not too small, there is space upstairs where you get a good view of the stage without being right in front of it. Sound is good and the acts range from stand up to standard jazz to big band. If you are going in a group I would reserve a table before hand. As far as acts, you have a bit of everything and the tickets generally aren’t expensive. A classy joint for live music, a great option for a date or for going out with a group. Plus, once the show is over you can go out around Palermo.

Primera vez acá.
Me tocó ir a ver a Rozalén, una voz revelación española que ya enamoró muchos argentinos.
Fui sola, compartí mesa con otra gente en el primer piso.
EL LUGAR
Llegas a la puerta y si tenés suerte te encontras con gente de la banda fumandose un cigarrito antes de entrar a tocar.
Ya adentro se ve el escenario, muchas mesas (un poco juntas)
Hay una barra al fondo y el escenario parece estar entre el público. Es una sensación de comunión y de unión.
Arriba, es un poco más VIP (así se llama el sector de hecho)
Mesas grupales, de 2, otra barra y el baño. Lindo, acogedor.
El baño, me detengo acá porque para mí es importante, es muy chico. Es unisex, y además, tiene 2 baños únicamente. Había papel y la verdad es que poca gente fue al baño pero es un poco raro sentirme en un boliche de Bariloche y ya después de los 20 te da un poco de casa meterte en un baño después de un muchacho. No?
EL MENÚ
Acotado. No es abundante pero con los mismos productos y materi prima ofrecen bastante variedsd y combinaciones para todos los paladares. Pizzitas, entradas (rabas, empanadas.), ensaladas, pesca del día y ojo de bife.
Los tragos: directos y de autor. (De autor recomiendo el de gin tonic y naranja, una cosa de locos!)
Me pedí unas empanadas salteñas con ensaladita. Riquísimas. Me sorprendí.
EL SHOW
Fui sólo a uno, pero en general creo que lo que sucede es que es íntimo. En constante charla ida y vuelta con el público. Los tenés súper cerca. El sonido está muy bien. No acopla ni rebota fuerte.
EL PRECIO
Caro. Si bien la calidad es buena, cada cosa es cara. $ 95 cada trago, $ 110 2 empanadas! En fin, volvería sólo si vale mucho mucho la pena el show.

Bueno, ya que este es un bar de música, la reseña se va a ver dividida en dos partes. El bar, y el lugar para músicos.
El bar:
Es quizás lo más mejorable de todo. Si bien conseguir entradas es relativamente barato (alrededor de $ 150 oct 2015 y generalmente con opción de 2×1 club la nación) adentro hay consumo mínimo de $ 70 pesos y la carta no es muy variada. Entiendo que la cocina sea acotada pero la carta de vinos o tragos es mejorable. La comida en si tiende a ser cara y no excede expectativas en sabor.
Quizás conviene comer en otro lugar y acceder a algo para picar y beber ahí, porque inclusive es incómodo cenar mientras hay un show.
El lugar:
Me encanta. Boris es un lugar hermoso, íntimo pero cómodo. Además de mesas cerca del escenario dispone de un 1er piso, y la verdad en cualquier ubicación el escenario se ve bien.
Otra de las cosas que destaco es que tiene buen sonido. La acústica del lugar quizás no es la más propicia pero suelen tener buen sonidista. Se escuchan todos los instrumentos, volumen correcto y claro.
En resumen, no es un gran bar de ingesta, pero si un hermoso lugar para escuchar y ver a músicos en un ambiente relajado pero vívido.

Lugar hermosamente íntimo que permite un disfrute total del show que elijas ver.
Llegué a Boris para ver un show de Carlos Casella (Babooshka!) y con la yapa del acompañamiento de la gran Alejandra Radano.
Me encantó la cercanía del público con el artista. Como debe ser, el centro del local es el escenario ubicado en un lateral (cuak!), las mesas están bien dispuestas, incluso las balcón del primer piso, lo que permite que donde te ubiques puedas ver bien el escenario.
Podés elegir la barra también, y te avisan que dependiendo la demanda, podés compartir tu mesa con otras personas.
Las entradas no suelen ser caras, pero debés tener una consumisión mínima además. Como fui con la idea del show, sólo me fijé en la carta de tragos, por lo que no puedo confirmar ni desmentir lo oneroso de los platos ofrecidos.
Agrego: tomé Pineapple Martini … DE-​LI-​CIO-​SO.
Sin dudas, para volver y seguir disfrutando

A Boris fui una sola vez y tuve una sensación amor-​odio intensa.
La ambientación es hermosa, es un lugar chico pero muy bien aprovechado, buena acústica, buen escenario, íntimo.
Por fuera de tu entrada, que no baja de los 200 $, tenés que pagar una consumision mínima de 70 $ por persona. estando por ejemplo, una coca chica a 55 $.
La nota negra la pone el servicio de mesa. apenas llegamos pedimos una porción de rabas y dos gaseosas. las gaseosas llegaron al toque. Las rabas no llegaron, se las olvidaron, las reclamamos, ‘Uy perdón! Ya las marchamos!’…se las olvidaron otra vez… Así tres veces. Nos las trajeron casi al terminar el show. así que hasta al final sintiéndome perseguida por si nos cumplían o no.
Sacando el servicio, vale la pena. pero para mi al menos es muy importante

Fui a ver un show de jazz. El lugar está bien ambientado, con un pequeño escenario y mesas alrededor. También uno puede ubicarse en la barra. En el piso de arriba hay otra barra y mesas, desde la mayoría de las cuales se ve bien el show.
Los tragos que probé me parecieron muy ricos.

Bueno… El lugar me gusta bastante. Un espacio chico pero con buena distribución. Un buen escenario. Una genial propuesta para escuchar buena música en vivo y ver a tu artista muy de cerca.
Lo que no recordaba era que es bastaaante caro. Cuando compras la entrada al recital (que en general no son caras) ves un cartelito que indica que la consumicion en el local deberá ser un mínimo por persona. El tema es que cuando ves la carta rápidamente te das cuenta que vas a gastar mucho mas del mínimo si queres comer algo. Sea lo que sea que elijas, de igual modo, la vas a pasar bien porque es todo muy rico. Las rabas estaban muy bien y eran abundantes y la carta de vino es completa y variada. Estas cosas hacen que a la hora de pagar se te pase un poco el shock y te retires contento con la experiencia.
Para los recitales tranquilos este es EL lugar. Si ves en la cartelera alguien que te gusta no dudes en ir porque podes tener la suerte de terminar charlando con el. Y si no conoces a nadie de los proximos espectaculos, igual podes pasar (con amigos, en alguna cita) porque lo que vas a ver es de calidad y el ambiente siempre es copado.

Boris es ese lugar ideal para una cita con alguien especial y ver un íntimo recital.
Localizado en Gorriti en pleno corazón de Palermo Hollywood, este club de jazz destinado a bandas de soul, jazz, R&B y otros varios es un pequeño tesorito en la noche porteña.
Lo bueno es que uno puede acompañar su cena con un espectáculo interesante y novedoso.
La carta es gourmet, donde se puede elegir platillos exclusivos, acompañados por buenos vinos.
Los precios son elevados pero lo valen, tanto por el lugar como por la comida en sí.
Mi mejor experiencia fue asistir al recital de Russian Red en Marzo del año pasado. Estuve a menos de un metro de ella para verla. Esas cosas no suceden siempre y por eso Boris siempre estará en mi corazón como una excelente experiencia.

Es de los últimos bares de jazz que aparecieron en la ciudad y, como no podía ser de otra manera, está en el barrio de Palermo. Es pequeño y todas las mesas, tanto las de planta baja como las del primer piso, están dispuestas alrededor del escenario. Algunas demasiado cerca. Las bandas que se presentan son muy buenas pero las mejores siguen yendo a los bares de jazz que estaban antes. Pareciera que Boris todavía tiene que ganarse su derecho de piso. La comida es muy rica pero los precios están un poco elevados. Yo fui y compartí la ensalada de pollo porque entre la entrada y la cena se iba a hacer un número importante. La clave es estar en la segunda fila de mesas de planta baja porque tenés los asientos acolchonados y estás a una buena distancia del escenario.

Boris Club es uno de esos lugares lindos e íntimos para escuchar música. Los géneros musicales sobre su escenario son de los más amplios desde jazz, cubano hasta tango electrónico. Hay que estar atento a su agenda para ver qué artista o banda va a estar tocando y así poder reservar alguna mesita en sus dos niveles. (Generalmente conviene en planta baja, tenés mejor vista del escenario).
Los precios de entrada varían y te exigen un promedio de consumo de cincuenta pesos por persona– los cuales terminan siendo el doble o más, considerando que el lugar no es barato.
Yo voy a Boris cada vez que toca algún amigo y siempre es una experiencia positiva. El lugar está muy bien equipado, el sonido es bueno, la ambientación estilo club neoyorquino acompaña perfecto a la velada.
Como decía, si bien es caro, la comida y los tragos son muy buenos. La última vez que fui degustamos un vinito con unas rabas con mayonesa de alcaparras y una pizza con champignones (éramos unos cuantos con hambre y estaba todo muy bueno!).
El lugar también ofrece un espacio de grabación para músicos.
Boris es una buena opción para tener a tu músico preferido cerca y tal vez terminar la velada charlando con él o ella mientras prueban algún cocktail o arrasan con una buena picada.