Basílica San José de Flores

Desde la Plaza Pueyrredón se puede ver la fachada gótica de la basílica San José de Flores, en sus puertas siempre se ven jóvenes, y se los ve felices.
Esta basílica se caracteriza por los años que tiene en el barrio, y por la ayuda que brinda a los jóvenes y necesitados. en su web cuenta con una oferta de bolsa de trabajo por ejemplo.
en su interior te reciben imágenes y pinturas (muchas realizadas por ucranianos en una restauración general que se hizo hace unos años).
Si todavía no ubicaste que iglesia es, siempre que vas en colectivo por Rivadavia cuando alguien dice «me tengo que bajar ahí donde está la iglesia» hablan de esta.

Cuenta la leyenda que el 21 de septiembre de 1953 un joven Mario Bergoglio dejó a sus amigos esperando en la estación de trenes de Flores y entró a confesarse a esta basílica. Relata el mismo protagonista, hoy conocido como el papa Francisco I, que en esa tarde que faltó al picnic de la primavera sintió por primera vez el llamado de dios.
El templo fue inaugurado en 1883 pero ganó su condición de basílica en 1912. Su tamaño y riqueza arquitectónica merecen la visita. Llegar es muy fácil porque se encentra a pasitos de la estación de subte que lleva su nombre.
Desde su vereda parte el Circuito Papal que organiza el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y que recorre los principales hitos en la vida del actual sumo pontífice de la iglesia católica.