Coco Marie

El lugar es lindo, patio agradable y buena decoración. La comida es pésima, el plato caliente llego frío y el café también. La atención horrible, unas mozas que llegaban a faltas de respeto importantes y mucha gente quejándose ante los oídos sordos de los empleados. Eso si, el patio divino.

Vengo a poner el comentario masculino en Coco Marie. Para desmentir que es solo un café minitah.
Sí, entrás por un local de bikinis para mujeres. Pero como no tenían talle XL me fui para el fondo y descubrí un patio secreto extremádamente lindo.
No hablaré de la ropa, pero el café al fondo es genial. Llegué una tarde de miércoles y eramos 4 en el mismo. Una tranquilidad genial. Abrí mi notebook, pedí una merienda y me senté a respirar aire iluminado por pequeñas lucecitas, acompañado de jaulas de madera y enredaderas.
El café es muy rico y las tostadas muy caseras y eponjosas. Sumó a mi experiencia que al lado mío había dos chicas alemanas que pertenecían a American Next Top Model. No sé si soy muy objetivo.
Pero todo lo que probé me gusto, el lugar es re lindo y tranquilo. Volveré cuando reciban bikinis más grandes o para buscar a las alemanas.

Coco Marie es, por excelencia, el café más minita de la ciudad. Al entrar tenés una casa de ropa interior y trajes de baño. Ahora también sumaron otras prendas como vestidos, sombreros, faldas. Todo muy lindo, aunque los precios algo elevados.
Atrás te encontrás con un jardín muy cálido y bien ambientado, con decoración ultra femenina: sillas antiguas de hierro, una enredadera, muchas flores, y hasta una bañera antigua en un rincón. Lo interesante es que se crea una atmósfera muy íntima, y te olvidás que en realidad te encontrás en el corazón del bullicio de Palermo.
Para comer podés elegir cualquier típica comida que nos gusta a las mujeres: carrot cakes, scones, budines, licuados y té en hebras para la merienda; sándwiches, ensaladas y limonada PINK (¿ya mencioné que el lugar es bien minita?) para el almuerzo. Nada deslumbra, pero todo zafa bien.
La primera vez que fui, para completar la experiencia minita, había una ex Bandana tomando el té en la mesa de al lado.

Coco Marie es uno de los poquitos jardines escondidos en plena ciudad.
Cuando llegas, no estás muy seguro si viniste al lugar indicado, ya que la parte de adelante es un local de lencería y trajes de baño, pero… si seguís caminando hacia el fondo ¡Te encontras con un jardín hermosísimo y muy bien ambientado!
Lo que me encanta de este lugar es su ambiente y su tranquilidad. Casi no te das cuenta que está ubicado sobre una de las calles más movidas de Palermo. Adentro, todo es silencio, aire libre y buena onda.
Su carta y menú no es muy extensa, pero tiene las opciones justas y necesarias: algunas opciones de desayunos y meriendas, ensaladas, wraps y sándwiches.
La limonada es una de las más ricas que probé y los bagels con salmón son muy sabrosos.
¿Lo malo? Tienen pocos mozos para la cantidad de mesas con las que cuentan y, por esto mismo, demoran muchísimo en traer los pedidos.
También noté que fueron perdiendo algunos de los detalles que tenían cuando recién abrieron. ¡Extraño que me traigan el menú en un sobre de correspondencia por avión!
Después de ir varias veces aprendí que, es mejor hacer una reserva telefónica antes, ya que Coco Marie se está poniendo de moda y a veces se dificulta encontrar lugar para sentarse.

Coco Marie tiene la particularidad de ser dos negocios en uno.
Apenas uno entra se encuentra con que es un local de ropa para mujer. Hay prendas cancheras, otras más delicadas. Linda. Hay también trajes de baño. La ambientación y decoración es muy femenina.
Sin embargo, cuando te detenés a mirar más allá, se puede ver que hay un barcito muy fino atrás del local de ropa (no hay nada que divida un negocio del otro, es todo lo mismo.) La parte del café tiene la misma ambientación. Es al exterior, tiene una enredadera que pareciera ser la llamada ‘enamorada del muro’ (pero no puedo asegurarlo) que forma una especie de techito. Cuelgan lámparas de diseño hechas con mimbre. Las mesas son de mármol, muy muy bellas. Me dio la impresión de un lugar íntimo, discreto. Cuando yo fui, estaba realizando una entrevista a un periodista para una materia que tenía en el secundario (comunicación). Creo que elegimos el lugar perfecto para hacerla, es muy acogedor y a su vez silencioso.
Como algo que sale de lo usual, tienen como parte de la decoración del bar una bañera antigua, y una bicicleta vintage que le dan un toque al lugar.
La atención es buena y las propuestas para merendar también. Budines y licuados muy ricos.