Facultad de Ingeniería UBA sede Paseo Colón

FIUBA
Lo bueno: Unos laboratorios tremendamente complejos que complementan los de la sede de Las Heras y un edificio que tiene muy merecido la declaración de «Monumento Histórico Nacional».
Lo malo: Los baños dejan mucho que desear y aires acondicionados/​calefacción para algunas aulas.
Lo curioso: Los mitos de la facultad pueden verse en
Curso hace unos años en Paseo Colón y ya es hora que migre a Las Heras. La cantidad de prejuicios que enfrenté cuando me cambié a la UBA son sorprendentes. Es MUY organizada y dejando de lado la excelente calidad educativa con la que se cuenta paso a hablar solamente del edificio.
Arrancando por el hecho de haber sido declarado «Monumento Histórico Nacional» en 2011 se pone la vara muy alta con este edificio. Antiguamente iba a ser sede de la fundación Eva Perón pero con la revolución libertadora se cedió el edifico para la FIUBA. Tenía 10 estatuas de 6 metros de marmol en la parte frontal del techo pero las desmontaron durante el golpe de estado y la mayoría fueron decapitadas.
Cada piso tiene sus paredes revestidas en marmol de un color propio distinto a los otros, es una cosa maravillosa que no creo haber visto algo así en mi vida.
Lo que sí están venidos a menos son los baños, definitivamente, es algo que no me sorprendería encontrar en «Silent Hill». Completamente fuera de lugar teniendo en cuenta el resto de la facultad. También hay algunos bancos que tambalean y normalmente no molesta tanto pero en condición de parcial/​final sentís que es decisivo. También algunas aulas son heladas u hornos dependiendo la época del año.
Para cerrar, cito los laboratorios, los cuales son súmamente completos y en los cuales fue un placer cursar física ya que muchos equipos hacían mucho mas didácticas las lecciones.

La Facultad de Ingenieria de la Uba, con sus escaleras que no tienen nada que envidiarle a la Facultad de Derecho alberga a mas de mil estudiantes. Sus instalaciones están muy bien mantenidas, los escalones se limpian diariamente, ya que los alumnos suelen almorzar ahi; posee una cancha de futbol y basquet que pueden alquilarse por muy bajo precio; y una sala de descanso que posee agua caliente, metegol y ping pong habilitado para los alumnos. El menu estudiantil del buffet es, ademas, muy accesible economicamente.

Mi experiencia en esta facultad sólo duró seis meses allá por 2010 y no fue tan buena, tal vez por eso no la recuerde con mucha alegría, pero no por eso deja de ser un edificio muy interesante.
Desde afuera se ve imponente con sus columnas, similar a la Facultad de Derecho. A mi me contaron que cuando Perón la mandó a construir para que allí funcione la Fundación Eva Perón, pidió que se inspiraran de la Facultad de Derecho. En sus principios debe haber sido puro lujo, ahora está un poco descuidada, pero sus pisos y columnas de mármol, madera y otros materiales dan una gran sensación de solidez. Por dentro, parece un edificio de esos de películas de espías de la Guerra Fría, pasillos oscuros, techos altísimos y miles de recovecos secretos.
Su detalles poco conocidos son lo más. El canal de pruebas para los barquitos de los estudiantes de Naval, el túnel de viento para pruebas aerodinámicas o el auto encerrado entre rejas en un subsuelo son algunos de ellos. El que más me gustaba a mi era el subsuelo inundado, que esconde un pasadizo que comunica directamente con la sede de la CGT, que está en la manzana de atrás.
Recomiendo entrar a darle una miradita, a pesar de que esté venida a menos, especialmente sus aulas y laboratorios. Si tienen sueño, vayan a la sala silenciosa de la biblioteca a dormir, no se escucha ni un ruidito. Como es un edificio público, cualquiera puede entrar.

A la vista, esta facultad es como la de Derecho pero a pequeña escala. Y venida a menos, por fuera y por dentro. La facultad de Ingeniería ocupa una manzana completa sobre Paseo Colón y tiene columnas en su frente y laterales. Fue la sede de la Fundación Eva Perón y es Monumento Histórico Nacional.
Adentro es lúgubre: pasillos poco iluminados, paredes de mármol, hormigón y otras de madera. Los ascensores estuvieron mucho tiempo sin funcionar pero ahora los renovaron, y hay aulas diferentes, desde algunas chicas hasta una tipo anfiteatro.
Hay varias cosas que a la vista de los no-​ingenieros resultan llamativas: en un subsuelo hay un canal de agua donde los estudiantes de Ingeniería Naval testean barcos. Hay un mini túnel de viento para probar aerodinámica. En otro subsuelo hay un Peugeot 406 encerrado tras rejas y más profundo aún hay otro piso clausurado por inundación desde hace años.
Tiene una biblioteca con una sala principal y dos parlantes (para reunirse, con mala conexión a Internet), hemeroteca y un comedor (barato para comer, con menú del día pero sin wifi). En esta sede se cursan la mayoría de las Ingenierías (las otras sedes son la de Las Heras y la de Exactas, en Ciudad Universitaria).

Para los que estudiamos en la Universidad de Buenos Aires en las sedes menos glamorosas, la de la Facultad de Ingeniería es otra cosa. No tendrá las escalinatas de la Facultad de Derecho, pero tampoco está tan lejos. Es de los edificios más imponentes que tiene esta universidad.
Columnas, mármoles y otros materiales que hacen que te sientas en un lugar importante. Me parece que va justo para ingenieros, no me imagino a los psicólogos o a la facultad de diseño y urbanismo en un edificio de este tipo.
Fui a varias tiradas de huevos ahí y el ritual del graduado contrasta con la solemnidad de adentro. Hay carteles de agrupación pero, viniendo de la Facultad de Sociales, es casi irrisoria la cantidad que tienen colgados acá.

Pocos edificios tienen historias tan polémicas en esta ciudad. Esta es la sede «Paseo Colón» de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires, y ocupa el edificio de lo que antes fue nada menos que la Fundación Evita. Llama la atención que este edificio monolítico, de inspiración más bien fascista haya sido el hogar de esta fundación, y más que hoy sea la facultad de ingeniería. Como es un edificio público, se puede entrar y merodear todo lo que uno quiera, cosa que recomiendo. Lo que uno ve por todos lados son panfletos, carteleras, cinta adeciva vieja forrando las paredes, suciedad y oscuridad (tampoco taaanto). Pero detrás de todo eso está el tesoro de este edificio: mármol, bronce y roble por todos lados. Si ocurriese una guerra nuclear no dudaría en refugiarme aquí dentro. Uno tiene la sensación de caminar por una gigantesco bunker de lujo repleto de cubículos y aulas improvisadas en los pasillos.
Y es la casa de estudios donde se graduaron los ingenieros que construyeron todas las grandes obras del país.