Ferona

Mmmm me genera una dualidad al momento de calificar.
El lugar es lindo, una casona antigua con una parte abajo en donde hay mesas y sillones cómodos y una hermosa terraza mitad techada mitad no.
La terraza tiene su propia barra y unos Box cómodos donde sentarte.
La carta de tragos es muy amplia y a precios acorde a Palermo.
La «carta de comidas»… la. presentaron en una hoja de cuaderno escrita a mano. era la ÚNICA hoja…
La «carta» tenía 3 entradas, 3 platos principales y 3 postres. cada plato salía mínimo $ 180…
Fuimos con motivo de un cumpleaños y teníamos reservada una mesa para 10… cuando llegamos la mesa no existía. Y nos ofrecían dos boxes o sea separados. Después de charlar esto nos armaron algo pero era para 8… no quedamos conformes…
Sumando la escasa variedad de platos, la atención desganada de la moza. nos terminamos llendo

Me encantó el lugar, super bien ambientado en un formato de casa antigua divina. Hermosa la terraza media techada, media no.
Muy rica la caipi local. Edad aprox. mayores de 25.
Odié la música. Ochentosa, rock malo y salsa demasiado cubana para mi gusto.
Mmm… Volvería pero temprano a tomar una rica caipi, nada más.

Ferona nunca falla, tiene una combinación de elementos que la hacen única en la noche porteña!Si bien, en un primer momento la fachada de la casa no te dice mucho al entrar cambia completamente. Cuanto mas tarde vayas mas fila vas a tener que hacer (por lo menos las ultimas veces que fui tipo ²⁄₃ había una fila importante). Una vez adentro el lugar se divide en planta baja, entrepiso (baños) y primer piso. En la planta baja hay algunas mesas, el dj y una barra hermosisimamente decorada! Ya arriba es una especie de terraza semitechada con una barra mas pequeña. Dependiendo de clima el techo esta abierto o no lo que hace el lugar mas especial aún. A medida que pasan las horas, lo que empieza siendo música ambiental se transforma en música para bailar! El rango de precios de los tragos es razonable, rondan entre los $ 70/​$ 80. Recomiendo ampliamente la caipi de la casa!

Lugar bien ambientado. Muy palermitano, aceptan tarjeta en la barra así que es practico. Los precios son razonables

El día que fui a ferona había tantos extranjeros que me sentí fuera de lugar. La decoración es excelente, muy canchera, una casa antigua con muchas cosas colgando de las paredes.
En el piso de arriba se arma mas tipo boliche, con mucha gente, casi insoportable. Pero el piso de abajo tiene una terraza que da a la calle muy linda para sentarse en verano a tomar algo.
La relación precio/​calidad me pareció buenísima. Las caipiroskas son excelentes y cuestan alrededor de ⁶⁰⁄₇₀ pesos.
La única critica que puedo hacerle al lugar es la música que era muy pesada para mi gusto (capaz depende del día en que vas)

Ideal para ir con amigos, charlar y hacer sociales. Todo un social club con mucho glam.

Fui a Ferona un par de veces y la verdad es que me encantó. Es un bar ideal si tenés ganas de ir a tomar algo con amigos y conocer gente. El promedio de edad es entre 25 – 35. No es tanto un bar para sentarse a tomar algo sino más bien estar de parado y tal vez hasta bailar un poco. Tiene dos pisos, en el de arriba si el día está lindo le sacan el toldo y está fresquito. Además cada piso tiene su barra donde podes pedir algún rico trago. Se destaca la caipi de la casa que tiene con maracuya y frutilla y el mojito también es muy rico. Armate de paciencia a la hora de querer pedir algo en la barra porque suele haber mucha gente.

Muy bueno. Verdaderamente un club de amigos. Buena onda, buena atención. Buena cocina y buena musica. Mi trago favorito es la caipi de la casa

Bien ambientado, buenos tragos, buena música, buen ambiente. Hay que ir temprano porque se llena, pero también esta bueno para quedarse a bailar hasta tarde.

Ferona es de esos bares donde la idea es estar parado, circular y –entrada la noche– hasta bailar un poco. Está bueno para ir de a varios, porque escapa a las mesas inmóviles, en las que una vez que te sentás quedás atrapado charlando con las tres personas que tenés al lado y en frente y ya. Igual si querés sentarte también podés hacerlo, siempre y cuando vayas temprano a comer y tomar algo. No he probado su famoso menú de pasos aún, pero escuché que es muy bueno.
El lugar es informal y bastante distendido, pero a la vez tiene una decoración bien pensada, con muchos detalles vintage que lo hacen muy acogedor.
La barra es sorpresivamente buena para el tipo de lugar. El mojito de maracuyá está genial, incluso para aquellos que medio que nos saturamos de encontrar esta fruta hasta en la sopa. El dato: hay dos barras, una arriba y otra abajo. En una aceptan tarjeta y en la otra no. El no dato: no me puedo acordar en cuál sí y en cuál no.

Tuve algunas de las noches más divertidas, locas y amnésicas de mi vida en Ferona.
Es un lugar que combina un montón de elementos y crea algo propio. Por un lado es una casa antigua remodelada en un restaurante de pasos que sorprende con la calidad de su comida dado que la gente usualmente asocia el boliche y no la parte cena.
La casa en sí es hermosa y enorme. Con un piso principal adonde hay una barra, dj y mesas comunales. Esa funciona de pista principal entrada la noche. Después hay un entrepiso con 2 baños, y una escalera larga que te lleva a la terraza. Ahí suele haber más fiesta previa. Hasta las 3 ponele. Como si fuese el bar más tranquilo para charlar y tomar algo en la terraza. Después se baja a la partuza.
La barra de abajo es la de cocktails. Y tiene muy buenos. La verdad que hay algunas creaciones originales muy copadas y los clásicos salen bien.
Arriba es más para cerveza y aperitivos. Pero también rinde.
Es tan popular el lugar que de jueves a sábado se torna difícil lograr entrar.
Traten de chamullarse a Marcelo en la puerta para zafar.

Gente jovem, bonita e moderna (e alguns senhores ricos botando pinta de Don Juan e secando as meninas com os olhos como se elas estivessem peladas): esse é o Ferona. Tirando um ou outro tiozão da Sukita nos moldes descritos acima, o lugar é demais! Estive aqui durante a semana, por volta das 21h, e encontrei uma casa super bem decorada, cheia de peças vintage, e com uma vibe bem de lounge: luzes baixas, jazz de som ambiente, e a galera tirando proveito das poltronas e sofás confortáveis do primeiro andar.
Já de fim de semana a coisa muda de figura: tem fila na porta (e se você chegar tarde, corre o risco de ter que esperar alguém sair para poder entrar), e o local ganha cara de casa noturna. A agradável área no primeiro andar fica tomada pelas gangues descoladas de Buenos Aires e, no andar de cima, você pode dançar à vontade com os tipos malucos que certamente vai encontrar por aqui. O lado bom é que esse espaço é um terraço, o que significa que nas noites quentes você tem o privilégio de contar com as estrelas logo acima de você. Se estiver frio, não se preocupe: a casa costuma ficar tão cheia que o calor humano vai dar conta de te aquecer.
Não se assuste se você chegar aqui durante a semana e não encontrar a entrada: o casarão antigo que esconde toda a diversão pode passar despercebido mesmo. Para mim, o Ferona é sem dúvida uma das opções mais divertidas na noite porteña.

Fuimos para un cumpleaños de una amiga que habia hecho una reserva. Ferona tiene su nombre en la noche porteña pero también es un lugar donde se come GENIAL. Tienen un menú de 5 pasos que entiendo van cambiando. Cuando fuimos, nos pareció increíble cada paso, con sabores y creatividad a full en la comida. Lo bueno también es que esa cena tiene un precio fijo y te van trayendo los platos.
Había una sopa que resultó un manjar y además el ambiente es divinísimo.
Después, empieza a llegar gente para bailar y la verdad es que el ambiente es copado, muy ecléctico y el DJ tiene mucha onda para elegir temas.
Recomiendo mucho para festejar cumples!

Que lindo poder comentar sobre Ferona junto a mi Amigo Francisco! Este lugar me trae muchos recuerdos de aquellas noches en la que 5 amigos provenientes de mar del plata salíamos por las noches porteñas.
Como bien dijeron, esta casa que se encuentra cerca de Niceto Vega y sus boliches, y tiene la particularidad que solo pueden entrar quienes sepan el nombre del hombre de la puerta, «lo digo o no lo digo?» se llama Ma… Para las chicas obviamente es mas fácil.
Es un lugar para celebrar la amistad, donde todos hablan con todos y entrada la noche se puede desplegar algún que otro baile sea en la planta baja como en la terraza.
Tragos, amigos, buena música, un lugar con una onda especial! Que esperan para ir!!!

Ferona empezó siendo un bar de amigos, que invitaban a los amigos de sus amigos y así se transformó en uno de los puntos más de moda en palermo. Hasta tuvieron que mudarse a un local más grande porque la esquina de Juan B. Justo y Paraguay les quedó chica. La decoración es increible, uno se siente en una fiesta en una mansión. Hay unos sillones fastuosos y te podés quedar mirando la barra un buen rato porque combina un montón de objetos decorativos geniales. Ni bien entrás te chocás con un montón de gente que está bailando y te das cuenta que valió la pena haber hecho un rato de cola. Si querés menos ruido podes subir a la terraza, donde también hay una barra que suele estar explotada de gente. Hay un par de mesas que siempre están ocupadas y mucha gente parada charlando. El público oscila entre los 25 y los 35 años. Si seguís derecho como yéndote para la calle, hay un ala de la terraza que se hace balcón. No mucha gente lo sabe porque hay muchas plantas que tapan la entrada. Pero si pegás la mesa que hay ahí es un golazo. Vas a estar muy tranquilo y encima viene una moza y te atiende. La música es variada, te pueden pasar funk, rock, rock nacional y algo característico es que siempre en agún momento tiran un par de salsas y merengues y la gente se enfiesta.

Ferona es de esos lugares que se hicieron conocidos en la noche porteña gracias al boca a boca. Una casona oculta tras un gran portón negro que apenas se deja ubicar por la gran fila que se arma para entrar. Un lugar de culto.
Afuera, un balcón con unas siete u ocho mesas, donde se puede tomar algo espiando a la gente que camina por Humboldt. Arriba, una terraza al aire libre llena plantas y gente que conversa y mueve el piecito al ritmo de la música. Abajo un salón decorado con un esmero que combina la antesala de una mansión antiquísima y los delirios pop de una vanguardia artística y despolitizada que baila frenéticamente siguiendo canciones que no se oyen en otro lugar.
La música, con dos propuestas diferentes, una para cada piso, está perfectamente pensada. Movediza y original, se suceden el rock alternativo y los ritmos gitanos, y cada tanto un merengue o una salsa vienen para sacudir el lugar.
La coctelería es exquisita. A las mejores versiones de propuestas ya conocidas (Caipirinhas de los más diversos gustos, Bloody Marys picantes en serio…) se le suman tragos de autor que dan que hablar.
Ferona es un lugar simpático. Lo atienden sus dueños y sus amigos. Y eso se nota desde la puerta, hasta las barras.
Para tener en cuenta, hay que ir temprano. Después de las 2 am suele armarse en la puerta una cola kilométrica de avance tan lento que es mejor esquivar.

¿Querés una salida distinta? Acá la vas a encontrar. Porque Ferona es polifacético y te invita a muchas cosas. Es un bar armado en una casona refaccionada que no se anuncia mucho, pero que vale la pena encontrar.
Conviene arrancar temprano porque se llena de gente. Y si sos una de esas almas que llegan no bien abren las puertas y reservaste lugar, te podés recompensar con alguno de los menúes que van variando todas las semanas y son bastante elaborados. Ideal para pasarla bien en pareja o para invitar a alguien especial.
Como bar solo abre después de la medianoche y es ideal al principio para tomar algo tranquilo. Podés disfrutar del ambiente glamoroso en alguna de las mesitas que hay afuera, al lado de la puerta, tirarte en los sillones del amplio salón principal o elegir la terraza. Después empieza a caer más gente y el ambiente crece en ruido y música.
Por último, podés tirar unos pasos en la pista de baile que hay arriba y donde se cruza gente de muchos países. En serio, alta cantidad de extranjeros nos encontramos en nuestra visita. Los tragos son muy buenos y la excelente ambientación lo hacen rankear alto. Recordá: la clave es ir temprano o podés encontrarte esperando en la puerta a que se libere espacio para poder pasar.
Un lugar para repetir y quedar bien con la gente que llevás.