Matu’s

Fui hoy con amigos. La comida es muy abundante y se pueden armar picadas muy variadas, ya que los ingredientes son a elección. El pan dejó un poco que desear, trajeron poquito y no muy interesante. Estaría bueno un pan de campo para comer con las picaditas.

Tienen 3 cervezas de la casa en pinta y varias artesanales en porrón. Hay muchos tipos de picadas y formas de combinarlas, algo raro para un bar, pero seguro algo se encuentra que a uno le guste. La comida es rica pero algo cara. Los baños son muy fuleros. Pedimos una picada y la moza se equivocó en el tamaño, a pesar que eramos los únicos en todo el bar.

Hacía un par de años que no iba, y realmente el lugar me sorprendió para bien.
Matu’s es un boliche de picadas ubicado en Nazca y Salvador María del Carril, en el barrio de Villa Pueyrredón/​Agronomía. De afuera la verdad no llama mucho la atención, pero vale la pena entrar.
Se especializan en cervezas, y picadas, básicamente. El menú físico es muuuy viejo, le falta una modernización. Pero bueno la idea para mi clave e innovadora es que te podés armar tu propia picada. Te dan para elegir, primero, si es para 1, 2 o 3 personas. Esto es completamente arbitrario ya que en general comen más personas que las que dicen. Además, tenés tres categorías: tradicional (podés elegir sólo elementos «tradicionales», que son fiambres — y quesos, y algunas cosas en conservas y snacks), combinada (elegís tradicionales y también elementos «combinados» que incluyen platitos como patitas, aros de cebolla, salchichas con salsas o envueltas en panceta, mini brochettes de lomo, rabas, provoleta, papas fritas, entre otros) o Matu’s (que te permite también elegir otros elementos más elaborados, como carnes al escabeche, camarones, pulpo y otros). Según la cantidad de personas que elijas, la cantidad de elementos de cada categoría que podés elegir. Además podés repetir, o sea en vez de pedir uno de cada uno, pedís doble o triple de alguno. Los precios son ascendentes tanto en número de personas como en tipo de picada.
Yo creo que la combinada es la que va por la relación variedad/​precio.
Nosotros éramos cinco, pedimos una combinada para tres personas + una porción de papas y nos llenamos. Tuvimos que poner 115 pesos cada uno, bebida aparte. Destaco que el pan era muy rico y fresco, al contrario de lo que dijeron en otra reseña anterior. También destaco la variedad de fiambres, había de todo (ver foto).
Para tomar hay, además de lo habitual, cervezas. Hay artesanales del local, tirada, rubia, cobriza y negra. También hay otras artesanales, que vienen embotelladas, marca «Don Santiago de Ortúzar» de distintas variedades. Yo pedí una de estas últimas, mezcla de rubia y cobriza, la verdad estaba riquísima. Y las tiradas que probé de mis amigos también. Obviamente también hay botellas de litro de las marcas habituales.
En el menú además hay otras opciones como pizza, hamburguesas y otros sánwiches como de lomito y bondiola.
La atención estuvo bien, el ambiente es muy básico, aunque para ir con amigos a charlar es de lo mejor. Hay mesas adentro y afuera. Volveré.

Lo primero que voy a decir es que dudé entre las 3 y 4 estrellas.
Creo que lo que me hizo decidirme en redondear para abajo fue el precio, un tanto excesivo.
Pero ojo, no es que no lo valga y ahora explico bien mis puntos:
Esta cervecería ofrece unas picadas en las que depende qué tipo de picada elijas podés seleccionar más o menos productos. La cantidad de cosas que podés pedir es muy variada y todas las opciones tentadoras.
¿Qué significa esto? TENÉS QUE IR EN GRUPO.
La primera vez fui con compañeros de laburo y probé de todo, maravillado, muchas cosas muy ricas, cerveza copada, y si bien no era muy barato al ser varios se amortiguó bastante el dolor de bolsillo.
La atención es correcta y la ambientación masomenos. Una suerte de bar irlandés al que le falta toda la onda para que parezca un bar irlandés.
Le conté a mi novia de este lugar y fui con ella, claro, ahí está el problema.
Salvo que quieras gastar un montón de guita, siendo dos, la cantidad de productos que podés pedir es muy escasa. Optamos por gastar una fortuna para poder probar varias cosas.
Pero bueno, nos fuimos un poco con esa sensación de «nos cogieron».

Ya había visto esta cervecería caminando por Villa Pueyrredón y me llamó la atención, ya que no es una zona donde este tipo de locales abunden, ayer decidí entrar y… MEHHH.
A ver, quiero aclarar que es una cuestión de costo/​beneficio, si el lugar tuviera precios más aceptables, probablemente mis estrellitas subieran considerablemente, el tema es que son demasiado pretenciosos.
El lugar en sí está bien, bah, tiene una pared que se está cayendo abajo por la humedad, pero si uno lo quiere, es parte de lo rústico (?). La música me resultó muy copada y por sobre todo, a un volumen muy agradable (vieja chota, lo sé), se podía charlar perfectamente. La atención correcta, nada más.
La cerveza, el punto importante en una cervecería, digamos, es bastante rica, debo admitirlo, frecuento otras donde no llega a ser tan agradable como esta, así que por ese lado está muy bien.
Lo que me decepcionó fue la tabla de fiambres, me pareció escasa, y si bien estaban ricos, para acompañar nos trajeron muy poco pan y medio viejo, y para mí, señores, es parte importante de una picada. Así que de existir próxima vez, tal vez me incline por una pizza a ver qué tal…
Lo que amé es que el maní que trae la cerveza es con cáscara, para mí todos los bares del universo deberían ser así.
Ni fu, ni fa… Esa es la conclusión.

Cervecería, pizza o picada … esas son las opciones para cualquier díà la noche.
El local es una esquina, no muy grande pero acogedora. Lo más común es que comience a llenarse en la vereda y lo ultimo por completarse es adentro.
Es genial para familias, grupo de amigos o ir de a dos.
La atención es correcta, tiene cervezas, gaseosas y algún vino.
Pizzas y empanas en lo que respecta a comidas como así picadas las cuales son abundantes y variaditas.
La ambientación pretende ser o asemejarse a una cervecería irlandesa, pero bueno se nota bastante que es utileria. Aunque adentro los pisos de madera y la disposición de la barra tiene su estilo y con un poco de predisposición podemos imaginar el resto.

El bar de barrio pero con muchísima onda y cosas imperdibles para llevar a todos tus amigos.
En el lindo barrio de Devoto se encuentra la joya para el encuentro con amigos: Matus, bar de picadas y cerveza artesanal.
Es pequeñito pero no así menos cómodo.Desde que uno se sienta ya comienza una experiencia fabulosa donde elegir los ingredientes de la picada sólo es el primer paso. Luego, también con una variedad extensa, se debe elegir la cerveza ideal que acompañe los sabores a degustar. Si tengo que recomendar algo para la picada sin lugar a dudas son las tablas de quesos, de gran variedad y calidad.
Es ideal para ir el domingo a la noche con amigos y recordar anécdotas y charlar mucho. Atención que los viernes y sábados a la noche se llena rapido.