Sicarios Bar

Es extraño lo que hicieron con el antiguo caserón del barrio de Colegiales. Antes era un restorán español que cerró y por varios años unos carteles de papel en la puerta vaticinaban la llegada de una fábrica de pastas.
¡Pero finalmente lo que apareció es un bar de metaleros! Cerrado durante casi todo el día, abre de noche y la esquina se puebla de camperas de jean con parches, motos y parejas tatuadas.
Una se siente sapo de otro pozo cada vez que pasa y amaga con entrar, digamos que el público está bien marcado, pero una vez vencida la reticencia inicial, no pasa nada y se puede tomar una cerveza tranquilamente.
Eso sí, hay que tener ganas de escuchar todo tipo de guitarras distorsionadas y solos épicos de guitarra. En la parte superior hay un sector para que toquen bandas de metal y rock pesado, cuyos dobles bombos y platillos se pueden escuchar a varias cuadras a la redonda, lo que deviene en numerosas quejas de los vecinos de una zona residencial. No importa. El metal vencerá.