Nostri Sapori

a mi criterio, es la panadería ‘bien’ del barrio crisol sur. además de panes, bizcochos y criollos, venden especialidades deliciosas. mi debilidad son las tarteletas dulces tamaño individual.
el local es lindo y brindan muy buena atención.
cierran al mediodía.

El que aún no ha probado algo de esta panadería no sabe lo que se está perdiendo. La conocí hace ya más de un año, ya que una compañera de la facultad vive en el barrio. Yo, que me considero un fanático de los panificados, me quedé fascinado. El local queda en una esquina, que es muy transitada por vehículos y muchas líneas de colectivos. Es casi imposible no verla, ya que su fachada llama la atención.
El local tiene un tamaño mediano, y es ahí mismo donde elaboran los productos, pudiendo ver parte de la cocina, algo que a mi me resulta interesante y demuestra la calidad y el compromiso con el que se elaboran las cosas. Ambientado con luces calidas y madera, cielorasos a diferentes alturas y uno mostradores realmente elegantes, uno no sabe si acaba de entrar a una panadería o a un palacio.
La variedad de productos es inmensa, y todo esta fresco, hecho el el día, y expuesto para que se nos haga agua la boca al entrar. La atención es excelente y hay muchas empleadas, para atender a la gran cantidad de gente que siempre hay en el local, que nunca para de trabajar. Los precios son elevados, acordes a la excelente calidad de la panificación, y los pagué con gusto.
Recomiendo altamente los cupcakes, que vienen presentados de una hermosa manera y rellenos con sabores super originales. Mi preferido es el de crema irlandesa, posiblemente el mejor cupcake que he probado.

La Nostri Sapori es una panadería ubicada en una esquina con frente sobre sobre la calle Valencia, muy próxima a la intersección con Avenida Madrid. Tuve la suerte de probar sus exquisiteces en varias oportunidades y de verdad lo recomiendo. No solo la comida es buena, sino también lo es su atención. El local se divide en dos partes: una en donde se elaboran los productos y el sector de atención al público. Al ser un sitio en esquina, tiene dos fachadas, por una solo se ve el sector de atención y por la otra se puede ver el sector de la cocina –y como están permanentemente elaborando productos-.
El sector comercial es pequeño y está dividido en dos por un mostrador, de un lado se exhiben todos los productos de panadería y confitería y del otro se disponen unas heladeras que sirven tanto para mantener la temperatura de algunas tortas, como también para enfriar gaseosas y por ultimo encontramos una pequeña barra con asientos para quienes esperan. La decoración es muy cálida, abunda la madera oscura y la luz amarillenta.
La atención es muy buena, teniendo en cuenta que muchas veces uno se detiene a pensar que llevar en el momento, o se ve tentado de algo inesperado.
En cuanto a los productos, simplemente deliciosos. Mi recomendación? No te pierdas los cupcakes, mis preferidos son crema irlandesa y tiramisú.

Conocí esta panadería en ocasión de que me pidieran hacer algo en contra de mis principios (ir a tomar mate al parque como un si fuera un hippie) y a cambio de esa traición a todo en lo que creo, me ofrecieron facturas.
En realidad paso prácticamente todos los días del año por acá, por el cambio de dirección de la Av Revolución de Mayo que a esta altura se desvía por Madrid, pero la verdad es que, si bien visualmente la fachada es linda, el slogan «Harina, arte & sabores» me pareció medio vende humo y nunca me había llevado a detenerme y ver qué onda.
Bueno, me arrepiento de no haberlo hecho antes, porque la verdad es que las facturas son RIQUISIMAS, grandes, con mucho dulce o crema pastelera o membrillo o lo que sea que tengan, con una masa bien pesada, bien cocidas, una verdadera maravilla.
El resto de las especialidades también tienen muy buena pinta, también compramos unos bizcochitos de salvado que no probé porque ya hubieran significado una transigencia imperdonable a mis parámetros éticos y morales.
Por lo general hay mucha gente, supliendo sus necesidades de pan y cosas, después de todo es una panadería de barrio y creo que viven de éso y no de un gil que va de vez en cuando a comprar media docena de facturas pretendiendo que lo atiendan inmediatamente.
Se puede estacionar sin mayores problemas sobre Madrid y también sobre Valencia, dependiendo de de dónde vengas.