Paseo de las Flores

Así como la puerta con el dragón señala el ingreso al barrio Chino en Buenos Aires, el arco del paseo de las flores marca el fin del casco histórico y da inicio a la zona mas comercial y bulliciosa de una de las peatonales del centro cordobés.
Dentro de la estructura de cemento, se encuentran diseminadas flores de todo tipo y color, ademas de plantas con nombres raros que desaparecen de un minuto al otro envueltas con moños para regalos.
Este lugar, al encontrarse en un punto estratégico de altísimo transito urbano, tiene por consiguiente altísima demanda y es común ver en consecuencia a empleados que cruzan la calle 27 de abril cargados de macetas para reponer el stock faltante.
Desde que tengo uso razón los rostros de quienes venden son siempre los mismos, mi sentido de la fisonomia no es de los mejores pero tengo casi la seguridad que estos profesionales de las plantas y flores se han mantenido en sus puestos.
Un clásico de la ciudad, punto de referencia indiscutible para encontrarse, este vivero improvisado resiste el paso del tiempo y siempre esta vigente.

El ingreso al casco histórico de la ciudad está marcado por el arco que representa en Paseo de las flores en medio de la calle Obispo Trejo, entre Deán Fúnez y 27 de abril y justamente eso quiso representar su arquitecto.
Es un verdadero oasis en medio del cemento del centro de la ciudad. Es un arco verde, repleto de flores, que llena de perfume toda la cuadra y un espacio fresco y de mucha sombra.
Hay personas vendiendo flores de los más diversos tipos y aromas. Cuando estoy con tiempo y sé que después voy directo a casa compro alguna de acuerdo a la época del año en que estemos para decorar la mesita de entrada de mi departamento y lo llene de color y perfume.
Hasta hace algunos años se podía subir al arco por escaleras laterales, pero hoy, las personas que se dedican a cuidar el Paseo y las flores que en él hay, colocaron muchas flores justamente para evitar que la gente siga subiendo esas escaleras. Una tarde charlando con uno de los vendedores, me contó el sacrificio que hacen para tener el Paseo de las Flores en tan lindas condiciones. Así que sería lindo que todos lo respetemos.

El Paseo de las Flores, se me parece el ingreso a un mundo distinto y esto es realmente lo que el arquitecto autor quiso de este arco: es decir, marcar el ingreso al área más vieja del centro de la ciudad, separándola del grueso de los comercios.
Construido en los años 80, remodelado por un comerciante que tiene un local cerca del Paseo, que vio lo abandonado que estaba esta obra allá por los años 90.
Es así, este arco verde, cubierto de flores y en el cual poseía una familia la concesión para la venta de flores.
Se encuentra sobre la calle Obispo Trejo, entre Deán Funes y calle 27 de abril. Viniendo desde Deán Funes, el Paseo de las Flores nos ingresa a la zona del Monasterio de Santa Catalina de Siena, la Plazoleta J. L. de Cabrera y siguiendo así nos conduce hasta la Manzana Jesuítica.
Es un lugar que tiene mucha frescura, es como un oasis en los muy calurosos días de verano en la ciudad, donde el Centro comercial, lleno de cemento realmente «quema».
Este arco, en realidad es un pequeño puente, que posee escaleras laterales, por las que tiempo atrás se podía subir hasta la parte superior, pero hace poco, como verán en la foto, hay flores plantadas en cada peldaño, y por las historias que escuche, es justamente para que no se pueda subir al puente.
Hoy verán que el lugar está limpio, goza de mucha sombra como dije, hay un espacio de «descanso» al costado, detrás del cual hay unas arcadas, que creo pertenecen al Monasterio, pero lamentablemente no hay banquitos para sentarse.

Cuando era chico y mi abuela me llevaba al centro de paseo con mis primos, y cuando íbamos por Obispo Trejo, entre 27 de abril y Deán Funes, una estructura que siempre esperaba ver ese arco del paseo de las flores, ya que siempre comprábamos alguna que otra flor y la llevamos a casa para ponerla en un florero de centro de mesa y la casa se renovaba con el perfume.
Hoy de grande sigo con la tradición, no cada vez que paso, pero debes en cuando compro unos jazmines su aroma me trasporta a esas bellas épocas.
Muchas veces me paso de verlo muy descuidado, pero se que los vendedores lo hacen a pulmón y que son ellos los que hacen cargo de este emblema de la ciudad que hace poco me entere que lo habían construido con el objetivo de dividir la parte comercial del casco histórico de la ciudad, como una puerta de ingreso a la antigua córdoba

El Paseo de las Flores es un punto emblemático del sector peatonal de la calle Trejo. Se trata de un arco que cruza la calle de un lado a otro, sobre cuya superficie se disponen canteros. La construcción data de la década de los ochenta.
En sus inicios la obra fue concebida como un simpático gesto municipal, mediante el cual se cedió el espacio para la venta de flores, a condición de que los comerciantes cuidaran de las propias plantas de la estructura. Con el paso del tiempo la negligencia dio lugar al descuido, razón por la cual actualmente no todas las macetas exhiben plantas saludables.
Hoy en día el Paseo de las Flores es un sector clásico de la peatonal Trejo, que a pesar de todo agrega un toque de magia a ese rincón de la ciudad. A pocos metros de su arco es frecuente ver apostados a dibujantes y pintores, quienes bajo la cúpula arbolada de la zona se dedican a vender retratos y cuadros.
Durante la mañana y la tarde se venden flores en el Paseo. Decenas de macetas se disponen a los costados del arco y aportan color a la zona. La escena se completa con la presencia de músicos y estatuas vivientes.