Chipacitos

Quién no intentó imitar el típico «chipaacito» de las vendedoras de calle Córdoba? Al menos una vez? Yo si y varias… bueno, muchas.
A un costado de la entrada a la galería La Favorita está siempre la vendedora, con su puesto ambulante, siempre firme. Los venden en bolsitas de varios precios, según la cantidad.
Los pedís y en menos de dos minutos los tenés calentitos en una bolsa de papel madera.
Ricos, riquísimos! Los mejores que he comido en Rosario. No son gomosos, ni se ponen duros, tienen siempre el punto justo.
La cuestión es aguantar la ansiedad y esperar al menos un ratito para no quemarnos los dedos y la boca; cuestión siempre difícil.
Eso si, recomendación: tené siempre a mano algo para bajarlos!

Chipaciiiitooooos … …chipaciiitoooos… … …dos pesos la bolsitaaaaa! Así decía el cantito que están obligadas a decir las chicas que venden chipa en la peatonal Córdoba. Y si hablamos de obligaciones, otra de ellas fue tener que modificar con el tiempo el precio de los pancitos.
La entonación del cantico es muy particular y ya es un clásico de la ciudad. Si sos rosarino no tengo dudas que sabes de que hablo.
Las vendedoras sin siempre mujeres jamás vi a un hombre. Se venden en un carrito (puesto ambulante) muy chiquito que se ubica en un rinconcito de la entrada de la galería.
Son chiquitos (de ahi chipacitos), siempre están calentitos, usan un microondas para darles un toque de calor antes de entregartelos. Son muy ricos y al ponértelos en la boca es como que se desasen solos. Te los entregan en una bolsita de papel madera y te recomiendan tener cuidado y paciencia y esperar que se enfríen un poco.
El precio razonable.
Los compro y los llevo a casa para acompañar con unos ricos mates mientras estudio un poco. Es todo un ritual y sobre todo si es invierno y como frutilla del postre lo completa un día de lluvia.
No comparto.
Comprate.

La gente que no es del norte no tienen una idea de la tortura que presenta el querer comer chípas y no encontrar ningún vendedor ambulante o de puesto que cumpla las expectativas.
Este producto es casero es muy fácil y tiene un sabor muy reconocible por el queso y la harina especial que se usa para hacerla.
Hace tiempo me recomendaron y la verdad que perdí tanto tiempo y dinero en panes con sabor a queso, hace poco me dije que iría a ver que onda y la mejor de todas. Estas si que son chípas y eso fue santo remedio y chau al ataque de nervios al momento de tomar la merienda.
Ubicada en plena peatonal, es solo un puesto ambulante pero muy conocido ahora en este momento, depende del horario la gente que concurre, hay momentos que llegan a ser realmente largas las colas, pero nunca tardan en atender a cada uno, a menos que sea el mas suertudo que tenes que esperar a que salgan las del horno (me pasa a mi) y ahí vuelve el ataque.
La verdad que me gustaría destacar que es bastante accesible vienen en bolsitas de $ 10, $ 12 y $ 15 y para como vienen las cosas es re barato (ojo con su consumo que luego puede ser todo un presupuesto)
Y se dice chípa ! no chipá ¡ACENTO EN LA I ! ¡EN LA I !

La peatonal Córdoba es cita obligada al visitante de Rosario. Y reseñar los Chipacitos es dar a conocer parte de nuestra identidad (son simples chipás, pero no hay quien haya transitado por Córdoba y no conozca el típico cantito). Estoy casi segura de que si uno escribe en un papel la palabra «chipacito», y se la da a un rosarino para que la lea, probablemente la termine cantando, y te empieza a contar después del puesto de chipás sobre la peatonal, sobre cosas que caracterizan a Rosario y demás. Es algo tan común escuchar «chipaciiiiiiiiitooooos» en la peatonal que ya es nuestro y de nadie más!
Saliendo de todo lo que implica el cantito y la identidad de los rosarinos, los chipás en sí son de lo mejor (sí, hasta estamos orgullosos de eso!). Siempre están calentitos, son ricos y suaves. Y lo mejor de todo no es solo eso, sino que como uno va por la peatonal de paso, la chica del puesto de los chipacitos está prácticamente esperándote, bolsa en mano, para no demorarte. Son lo más!
Además, cuando uno compra chipá, más allá de que no sean caseros, sabe que está consumiendo una comida que forma parte de nuestra cultura! No nos estamos comiendo unas lays, son chipás, un plato típico del litoral de nuestro país! ¿Qué más se puede pedir?
No se diga más, no hay que tener dudas. Si venís de visita a Rosario y pasás por la peatonal, ya sabes a dónde ir para comerte unos buenos chipás!

Me encanta el chipá, pero la verdad es que hay una variedad muy amplia de ellos y no toooodos me gustan. Está el grande y chicloso, el mediano y arenoso, el mas parecido a un pancito, hay miles de opciones.
En Rosario hay dos lugares que hacen el chipá como a mi me gusta. Uno es una panadería que se llama Los Pasteleros y el otro es éste puestito. Ubicado en plena peatonal Córdoba, a la salida de Falabella, un carrito con un horno pequeño calienta los chipacitos. Como todo es chiquitito, los chipá también lo son, pequeños, crocantes y suavecitos. Nada de estar masticando con fuerza, o esos chipá que se hacen una bola en la boca y no los podes pasar. Para nada, estos pasan como agua.
Vienen en tres tamaños, bolsita de $ 10 que trae 8, de $ 12 y de $ 15. Siempre compro las mas pequeña porque realmente me gustan mucho y por mas que esté satisfecha no puedo parar hasta ver el fin de la bolsita de papel madera. Y hay que tener cuidado, son una bomba! van al estomago como molotov.

Si alguna vez visitaste la peatonal Córdoba seguramente escuchaste a esta chica estar gritando «Chiiiiiiiiiiiipacitos… Chiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiipactitos». De esa forma atrae a sus clientes, que cada vez son más, y se los ve cada vez más satisfechos.
Como bien anuncia la vendedora, este pequeño puesto ubicado en la peatonal más conocida de Rosario, se dedica a la venta de «chipá» (o pan de queso, como lo llaman en otros lugares). El producto es casero, y lo venden por docena a un precio más que accesible.
Es ideal para esas tardes de invierno donde el frío no nos deja ni pensar, y comer estos chipacitos calentitos nos devuelven a la vida.
Aún así debo decir que no hay época del año que pueda contra este lugar, porque en verano –a pesar de las altas temperaturas– sigue abierto y la gente sigue comprando. Muy buen local, me gusta.

Chipaciiiitooooos … …chipaciiitoooos… … … chipaaaaacitos … … chipacitos
A veces agudo y estridente, a veces cansado, otras veces rápido, alegre, pero siempre el mismo. Este cantito… apa! Apuesto que te agarré imitándolo, y ahora te estás riendo. Yo también!
Bueno, poniéndonos serios por un ratito porque quiero contarles, decía que este cantito es la marca registrada del carrito Chipacitos, convertido desde hace muchos años en icono absoluto de la Peatonal Córdoba. Tal es así, que aunque llueva, truene, sea el día más frío del invierno o 35º de calor, está firme en la entrada de la Galería La Favorita, donde una chica (puede que vayan cambiando, no lo sé porque siempre parece la misma) espera sentada en una banqueta y apoyada en el mostrador a los antojados del momento.
Ahora, vos que no lo conoces ¿te estás preguntando por el diminutivo del nombre? Bueno, simplemente se debe a que ofrece una versión reducida del clásico y popular chipá, esos panecillos de harina de mandioca rellenos con queso, típicos de regiones del norte.
Entonces, si alguna vez andás paseando por el centro, seguro desde la cuadra anterior vas a escuchar el llamado, y si lo escuchaste, seguramente cuando lo encuentres vas a estar parado ahí, al menos para sentir ese aroma a recién salidito del horno.
¿El precio? La última vez que compré, eran 8 o 10 por $ 10, no me acuerdo bien, lo que sí aseguro es que me los comí todos y rapidísimo!!!