La Taberna de Sabores

Tuve suerte de tener la pizzería La Taberna de los Sabores abajo de casa cuando me cortaron el gas por aproximadamente casi dos meses porque si no hubiese vivido a sandwichs. Nos sacaban del apuro a mí y a mi hermana cuando volvíamos cansadas de la facultad, con hambre, y queríamos comer algo bien rico y potente (era agosto, y hacía mucho frío).
Tienen un montón de opciones como tartas, empanadas, milanesas, hamburguesas. Pero casi siempre pedíamos el menú del día (por lo general una porción de pastel de papas, arroz con pollo, ravioles) que venía con alguna guarnición y postre. Nos llenábamos bastante y nos parecía bastante barato. Como vivimos básicamente arriba de la rotisería, y los chicos ya conocían nuestra situación (la de estar sin gas), bajábamos, hacíamos el pedido, subíamos y ellos nos lo alcanzaban cuando estuviera listo, super atentos y amables.
La comida es riquísima aunque tiene algunas cositas que no me gustan. No tenían milanesas de pollo, que prefiero antes que las de carne. Cuando pedíamos empanadas, eran grandes y uno se llenaba un montón, pero algunas variedades resultaban más ricas que otras, más que nada las que tenían queso como humita, jamón y queso y capresse. El resto de los sabores me parecían deliciosas.
Sin embargo, tienen una promoción muy tentadora. Si uno pide pizza, y no te la llevan en media hora, es gratis! Llamamos un día con una amiga estando en la casa de ella, y desconocíamos la promoción. El telefonista fue muy amable en avisarnos: «Bueno, son las 10:10. Si la pizza no está para las 10:40, es gratis». Y contamos los minutos, y hablando se nos pasó el rato y nos olvidamos. Cuando nos dimos cuenta, sonaba el timbre tres minutos justos antes de que se cumpliera la media hora. No fue gratis, pero sí divertido y la pizza estaba riquísima! Por supuesto que recomiendo La Taberna, por las promociones, la amabilidad y lo exquisito de las comidas, aunque en ocasiones hay que saber elegir.