Los Pitufos

Situación: domingo, quien les escribe y señor novio se levantaron tarde, tomaron mate tarde, y a eso de las una y medía del mediodía se dieron cuenta que tenían hambre. ¿Ganas de cocinar? NO. Voy al cajón donde guardamos los folletos de deliverys, y me encuentro uno con una anotación de mi hermano: «Bueno y barato». Me tentó una napolitana, pregunté por teléfono si era grande y si venía acompañada por papás, a la respuesta afirmativa encargué, y a los 40 minutos, luego de abonar $ 45 ARS estábamos degustandola.
En efecto, la milanesa era lo suficientemente grande como para compartirla, la dividimos en dos y cada uno comió lo que sería una milanesa de tamaño mediano. Estaba buenísima, tierna, ni fría ni caliente y con una salsita ideal para los amantes del ajo. Las papás me decepcionaron, eran al horno, estaban frías, y además les faltaba un poco de cocción.
Sin embargo, para ser sincera, con la milanesa se ganaron mi corazón, así que voy a volver a recurrir a «Los pitufos» cuando se combinen el hambre y las pocas ganas de cocinar.