Terminal de Ómnibus de San Bernardo

Esta terminal es la típica de la costa, pero no suficiente para el nivel de concurrencia que tiene desde hace unos 8 años a la parte. San Bernardo se convirtió en un centro vacacional juvenil importantísimo, con la mayor concentración de boliches y bares del partido de la costa, y es en ese carácter que, en general, queda chica la terminal, sobre todo en las épocas de recambio de temporada alta (sobre todo la segunda quincena de enero). Cuenta con unas 10 plataformas, algunos locales tipo kiosco y de recuerdos, múltiples boleterías, un kiosco de diarios, una panadería y dos «barcitos».
Las plataformas son pequeñas, por lo que cuando están entrando y saliendo múltiples micros, más los acompañantes, suele ser un poco caótico.
Recomiendo evitar a más no poder sus baños, que suelen estar olorosos, sucios y poco higienizados, sobre todo en las épocas de más afluencia de turistas.
Además, cualquier tipo de producto que quieran comprar, también sugiero comprarlo por fuera de la terminal, ya que como suele suceder en otras, los precios se van a las nubes.
Cuenta con una parada de taxis importante, donde siempre suelen haber tres o cuatro esperando pasajeros.
Lo positivo a veces de la terminal, es su ubicación: a su alrededor hay múltiples hostels y campings, y suele ser muy cercano a las habitaciones elegidas por los visitantes más jóvenes. La cagada es para los más grandes, que solemos elegir ubicaciones un poco más alejadas del tumulto juvenil bolichero, por lo que el taxi se convierte en un must.

Con honestidad es muy dejado, limpio pero muy dejado, incluso es algo gris. Esta cerca, con un kiosco y un café-​bar. Sólo sentate comodo/​a en el piso en la parte de afuera, donde se esperan los micros, llevate mate para esperar. Al llegar te transmite un «bienvenido a tus vacaciones, disfruta las porque después volves al mundo real» salís de ahí y es bárbaro, pero al esperar el micro de vuelta se nota demasiado que volves a la rutina, es muy gris.

Tengo casa en San Bernardo, así que cada tanto voy a pasar algún finde largo.
Sinceramente no tengo mucho qué decir de esta terminal, porque al fin y al cabo es eso. Es bastante chica, pero nunca la vi atiborrada de gente (nunca fui en temporada alta). Este lunes estuve ahí y en vez de ir a la especie de cafetería que hay en una punta, compramos unas medialunas en una panadería nueva que pusieron ahí adentro. No sé si fue el hambre o qué, pero estaban verdaderamente ricas.
Los baños son algo creepy porque (si mal no recuerdo) están afuera (!) y obviamente no tienen papel higiénico, pero ya estoy acostumbrada.
Definitivamente es para estar de paso, no recomiendo pasar muchas horas porque los bancos son algo incómodos.

Como muchos lugares en la costa, la terminal de San Bernardo no recibe una remodelación desde fines de los 80, principios de los 90, te das cuenta por las paredes, las pinturas de las empresas, los carteles gastados y rotos.
Es una terminal chica, ocupa casi la mitad de una manzana, pero para una que trabaja «fuerte» tres meses al año está bien (durante el invierno no hay ni la mitad de empresas disponibles).
Tiene un almacén/​fiambrería de precios bastante exagerados y un quiosco que además ofrece souvenires típicos y algunos alfajores artesanales de la zona. También hay una cafetería que ofrece lo básico, como la ciudad es pequeña, recomiendo buscar otros lugares que no quedan muy lejos, a lo sumo que se esté corto de tiempo.
Como en toda terminal, afuera hay servicio de taxis pero en temporada alta quedan sobrepasados y usualmente hay largas colas. Por esto y porque al darse cuenta de que no son locales, suelen cobrar de más, conviene esperar un poco más y pedir algún remis.