El lugar abrió hace poco, a mitad de este año(2015). Es la segunda franquicia de esta cadena de panaderías en Villa Carlos Paz y mantiene el mismo concepto que las restantes: venta de panificación y un espacio(en este caso un poco reducido) con mesas para desayunar, merendar o simplemente tomar un cortado. La ambientación del lugar es bonita y discreta. La panificación(lo más importante) es buena, tal vez los criollos hojaldre podrían mejorar, pero nada grave. Los precios son moderados, están más o menos a la altura del resto de las panaderías de la zona. Tiene, además de lo común de criollos y facturas, tortas, galletas y cosas dulces para todos los gustos. En definitiva, una buena opción en Carlos Paz para pasar a comprar o para quedarse.