Il Tempietto

Finally good restuarant in spain… pizza is great, service is good, pasta is awosome. …it’s hard to find good food here… even though it’s Italian and not spenish, it has spenish touch.

Comida y servicio muy muy buenos, los camareros muy atentos en general. Lo malo es que es un pelín caro, aunque tienen algunas ofertas por Internet y 2×1 en algunas fechas.

Tengo ganas de comentar este restaurante ya que la atención fue realmente increíble.
Un sitio agradable, con una decoración perfecta.
Carta típica de un restaurante italiano. De hecho, creo que hacen un mismo modelo de carta para todos los restaurantes de este tipo. Eso sí, no por eso menos apetecible.
Pedimos un entrante para compartir y dos platos. Y los pedimos con los ojos, así que por no leer bien los ingredientes nos encontramos con un relleno en la pasta a base de queso y pera… y no nos gustó. Así que le pedimos a la camarera que nos dejara la carta para ver si nos habían servido lo que habíamos pedido… y ahí leímos bien lo que ponía… y sobre todo en el nombre del plato… «dolce»… bien clarito… no hay que fijarse sólo en las fotos. Y cual fue nuestra sorpresa cuando la camarera nos dijo (transcribo la concersación):
CAMARERA: «si no te gusta no te lo comas»
NOSOTROS: «no nos hemos fijado bien en lo que pedíamos»
C: «pues no te vas a comer algo que no te gusta»
N: «bueno, no pasa nada, fallo nuestro»
C: «nada, nada, elige otra cosa, no te preocupes»
…
Y, por resumir, pedimos otro plato, nos lo sirvió y en la cuenta apareció como invitación de el/​la gerente… no se cuántas veces habréis vivido vosotros está situación, pero a mi es la primera vez que me pasa. Así que salimos de allí mássss que encantados.
El único pero que puedo poner es que dependiendo de donde te sientes puedes sentirte como una sardinilla enlatada, en tu salsa pero enlatado… Y es que las mesas para dos están todas demasiado juntas, y aunque no quieras te sientes como un cotilla porque oyes las conversaciones aledañas, y hablas en susurros para que no oigan las tuyas… quizás, en este caso, culpa nuestra, porque podíamos haber pedido un cambio, había alguna que otra mesa para más comensales vacía, y esas estaban mejor colocadas… pero también culpa de ellos por no dejar un poquito más de espacio entre mesas para hacer así que la velada fuera perfecta al completo.