Pirata’s

Aunque sea sólo una vez hay que venir a este restaurante, es enorme, todo decorado como si estuvieras en un barco pirata, tiene dos plantas, servicio de ludoteca para los peques.
La comida esta buena, nos pedimos huevos piratas y carne para hacerla en la mesa, todo genial. Ni llegamos a los postres porque estábamos hinchados, pero los vimos en una mesa una degustación de tartas que tenía muy buena pinta. Te invitan al chupito.
Son atentos, aunque el camarero que nos toco estaba un poco de mal día, se le olvidó ponernos el pan y el acompañamiento de la carne.

Restaurante ambientado en un barco pirata, situado en el polígono de Alcorcón.
El sitio está bien decorado y es muy grande, pero desde el minuto cero que llegas allí, el barco hace aguas jeje.
Nada más llegar (teníamos reserva a las 21:00) nos dijeron como 5 veces que hay dos turnos de comida y que a las 22:45 debíamos dejar la mesa. Pero no les bastó con decirlo insistentemente al llegar, que durante la cena lo volvieron a repetir como otras 10 veces más.
El servicio de los camareros, que no van disfrazados de piratas (lo cual me decepcionó mucho), era demasiado amigable, por no mencionar que el camarero se apoyaba sobre mi hombro para tomar nota.
Y la comida aunque es barata, no es nada del otro mundo, incluso diría mala. Me pedí la hamburguesa pirata, y aquello sin kétchup no había quien se lo comiera. Además también probé el sándwich de buey, y fue bastante difícil de masticar la carne.
Como puntos a favor, nos invitaron a tomar chupitos, y pusieron patés de aperitivo mientras llegaba la cena.
Además sumado a todo lo anterior, la ubicación del sitio, el polígono de Alcorcón, no ayuda mucho a que vaya a repetir en el sitio.
Lo siento Barba Negra, pero ahora me gusta más el capitán Garfio ;)

En general está genial, desde la ambientación a la relación calidad/​precio de la comida, que no es absolutamente excelente, pero para lo que cuesta está buenísima. He ido al menos diez veces y en general nunca he tenido queja por la comida. Eso sí, hay que tener en cuenta que en fines de semana tiende a estar lleno llenísimo y se forman unas colas para entrar que ni en la preventa de entradas de un concierto, si uno no sabe esto puede llevarse una decepción, pero lo que gusta en general el sitio se ve claramente en sus llenos absolutos.
Fuera de su faceta «restaurante» tiene la de sala de conciertos con un programa bastante amplio, creo que es un lugar que merece mucho la pena. Es de los que más recomiendo habitualmente.

Venir al Pirata’s siempre es un placer. La primera vez estuvimos en el antiguo local que estaba muy cerca del nuevo en la calle Navales, pero para mí este nuevo es mucho mejor, la decoración es impresionante, asemeja un barco pirata atacado por un Kraken, y está llena de detalles decorativos, realmente trabajada.
El local es muy grande, y tiene primero una zona de bar donde dan conciertos que es bastante amplia y dentro ya la zona de restaurante con dos niveles. Los fines de semana por la noche dan dos turnos de cenas y suele estar lleno casi siempre con lo que mejor reservar.
Los camareros que nos han atendido han sido siempre majísimos y nos han tratado estupendamente. La comida está bastante buena y las raciones son muy abundantes.
Sobre todo soy fan de la carne para hacer a la piedra, las croquetas de buey con forma de saquito y las alitas de pollo,. Las hamburguesas están también bastante buenas, aunque no son las mejores del mundo, desde luego sí que son bastante grandes.
De postre (si llegas), lo mejor es pedir un variado que te traen varios trozos de tarta para compartir y terminar de reventar del todo, acompañado de un «chupito» de la casa (que en realidad es un copazo en toda regla).
Además, punto extra para las familias, una vez que fuimos con un niño nos ofrecieron llevárselo con un animador que tenían para el restaurante, buen punto para las familias que van con sus hijos, aunque no sé si lo tienen disponible siempre.
Después de la cena lo mejor es quedarse a disfrutar el concierto si ese día hay y tomar alguna copilla en la barra que están bien d precio y ricas, perfecto para rematar una buena noche.

Excelente carne, muy recomendable para comer de menú al medio día, lo único malo es que a veces tardan bastante en servir. Por la noche suelen tener buenos conciertos y un ambiente muy agradable…

Llevaba tiempo queriendo probar este sitio, porque había oído hablar bastante bien de él. Está situado en un polígono industrial de Alcorcón, lo cual, depende desde donde vayas, está en el otro extremo del mundo. Es un sitio enorme, con una decoración como si estuvieras en un barco pirata. A la entrada hay un cristal que descubre un tesoro, con su esqueleto y sus complementos de pirata, todo muy teatral. Un escenario y una barra de bar dan la bienvenida, y es que allí también dan conciertos, fundamentalmente rock. Al menos el aspecto es algo curioso y llama la atención.
De entrada te ponen paté con mermelada, obsequio de la casa, está bueno, pero le ponen una especie de condimento demasiado salado para mi gusto. En general la comida no es maravillosa, raciones bastante grandes a buen precio. No es que sean una maravilla culinaria, pero tampoco es lo que pretende el lugar. Las patatas estaban algo oscuras (lo que me da la idea de que el aceite no estaba demasiado virgen en el momento de usarlo).
El trato de los camareros me pareció algo tosco, desde la cola de entrada, el sistema de turnos de reservas y la atención en general.
Por el tamaño y el tipo de comida es ideal para ir un grupo grande que tenga hambre aunque salvo que te quedes en alguno de los garitos del polígono no tendrás mucha oferta para la post-​cena. Imprescindible reservar en fin de semana porque se pone hasta arriba en sus dos turnos de servicio.

Wow, probably the best deal/​food around. The lunch menu is 11 bucks and I really don’t think you can finish it all, been here twice in a week and would come again next time I’m in Madrid. Highly recommend it…

Después de ir el sábado y no poder entrar por estar literalmente abarrotado, decidimos ir entre semana y ha sido una triunfada. Local relativamente tranquilo, concierto cojonudo y hoy tocaba programa de radio en directo con Mariano Mariano.
Nos traen la carta y después de mirar la oferta nos decidimos por bocata de lomo para mi hijo, espectacular e inmenso. No ha podido terminarlo. Nosotros dudamos entre hamburguesa pirata y piratilla, el camarero nos explicó la diferencia. Piratilla es hamburguesa «normal», que ya es grande de por si y la pirata es una doble de todo, o sea, inmensa. La comida con un sabor excelente y tienen la salsa pirata que esta de miedo.
La ambientación del local es como ya lo han explicado varios Unilocalers, ambientada en barco pirata, muy bien pensado y decorado todo.
Después de cenar nos han invitado a un copazo que nos hemos tomado en la barra disfrutando del concierto.

Todo lo que tiene de bonito y espectacular, lo tiene de malo en sus burgers. No pude probar mucho más, pero la carne estaba seca y correosa y el pan más de bolsa no podía ser. Eso sí, precios populares y mucha cantidad.
Lo mejor, para qué engañarnos, la decoración, que parece más de un parque temático que de un restaurante ubicado en pleno polígono del sur de Madrid. Me sentí como un auténtico Goonie cuando entré (hasta saludé a Willie el Tuerto y su tesoro) y salí maldiciendo los siete mares por la comida tan mala que me habían puesto.
Una lástima, porque tienen lo más difícil y patinan en la comida, pero bueno, como se les llena todo el rato, no necesitan mejorar en ello, aunque a mí es muy complicado que me vuelvan a ver los pelos por allí.

Ya llevo dos incursiones a tal magno lugar y he llegado a la conclusión de que NO, NO ME FALLA.
Primera incursión que coincide con el día de mi cumpleaños. De rebote surge la idea de venir a cenar aquí, un día entre semana. Ya había oído muchas recomendaciones de amigos y conocidos de que el lugar merece la pena visitarlo, aunque no es el mismo lugar que era el original. Un pequeño «garito» que con los años ha ido agrandándose y ocupando espacios de al lado hasta llegar a convertirse en lo que es a fecha de hoy.
Un barco gigante o mejor aún. adentrarte en un bar-​barco, si. Me explico. La decoración es de un auténtico barco, en su interior una gran entrada con barriles de madera, suelos de madera y una sala-​bar con un gran escenario en forma de… barco! Un montón de mesas altas, máquinas de juegos, calaveras, lámparas… todo al detalle! Es más. El WIN para mi es que suele ser un «bar de moteros» y oirse música rock-​heavy en general. Aunque dan conciertos en directo y música en vivo todos los días. Genial.
Vamos para la entrada al salón. En el suelo un gran hueco cubierto con una cristalera donde se «esconde» el esqueleto de lo que pudo ser Billy el Tuerto (o así le he bautizado yo. Goonies spoiler ^^) con un montón de tesoros cual antiguo capitán del barco. Toda una atracción. Al adentrarte en el salón… qué diría yo que tiene cabida para ummm… 200 personas? Puede ser. Un montón de mesas, una gran sala y como digo. mucha decoración pirata por todos lados.
A lo que iba. Mi primera incursión fue cena para dos. Aquí lo más «famoso» (entre otras cosas) es la hamburguesa Pirata. Pensé… «Why not?» Error. Nuestras ansias para comer me jugaron una mala pasada. Recomendación del camarero para los «novatos» como yo. Me pedí finalmente una hamburguesa «piratilla». Media ración de croquetas de buey (SE TE VA LA OLLA de lo buenas que están). Jarras de cerveza más el plato de mi acompañante, con chupitos regalo de la casa. La «broma» nos salió por menos de lo esperado, casi 30 € y cenamos la mar de bien.
Ninguna queja del servicio ni del lugar. Los camareros rápidos y atentos. Hay un montón y hay veces que parecen correr y volar entre las mesas. La verdad es que me quedé con ganas de volver. Y desde luego repetí.
Mi segunda incursión fue escogido y premeditado. Cena para 9, se llamó previamente para reservar (muy recomendable siempre, mi anterior vez fue a lo «from lost to the river» y acertamos porque había hueco, pero never more).
De entre todo lo que había en carta y puesto que íbamos con hambre y sed escogimos ser los «cocineros» y nos decantamos por carnaza a la piedra. A lo loco. En concreto un par de «Kilazos» de carne, con patatas fritas (las «güenas», caseras) y pimientos de padrón y a eso incluye jarra de 2 litros de o sangría, cerveza o vino. Obviamente elegimos cerveza. Ah, y para medio picar. además de las croquetas de buey (que no podían faltar!) también una ensalada Capitán. Para que haya algo verde en la cena…
He de decir que en menos de lo que canta un gallo nos prepararon todo para traernos la carne. Y empezó el paseíllo de comida. Las croquetas de lujo como siempre. Acompañadas de cebolla frita. Y luego las sartenadas de patatas y pimientos.
A lo que después apareció la carne. En menos de lo que cantó un gallo empezamos a cocinar aquello inmersos en una gran nube gigante de fritanga de la que luego todos salimos impregnados. Pero bueno, habíamos venido a jugar.
Decir que la carne estaba PARA LLORAR del placer. Tuvimos que pedir medio kilo más porque si haceis como nosotros. para compartir entre 4 casi no os da ni para un suspiro. Se hace enseguida y se come también enseguida.
La cuenta también fue para llorar, pero no había dolor porque sabíamos que la incursión de ayer era para disfrutar de buena carne, del lugar y de la compañía.
El Pirata’s está en mi poole position de sitios chulos para poder comer, beber y disfrutar de un buen ambiente a precios casi «irrisorios». Obviamente volveré y espero que no muy tarde!

Este restaurante/​bar de copas/​sala de conciertos ubicado en un polígono industrial de Alcorcón me dejó, cuanto menos, sorprendida.
El local es un gigantesco (pero de verdad, enoooorme) barco pirata al que no le falta ningún detalle (tuve la sensación de encontrarme a Jack Sparrow un par de veces, no digo más…)
Se trata de una brasería en la que todo tiene un tamaño inusualmente grande y sorprendentemente, está riquísimo.
Empezamos con unas croquetas (hechas como de masa quebrada en lugar de rebozado), alitas de pollo (¡que parecían de pavo de lo grandes que eran!), huevos rotos con jamón y lacón, y seguimos con 1kg de carne de buey para hacer tú mismo en la mesa. Para ello te traen una piedra ardiendo, un trocito de tocino para engrasar bien antes de ponerte a «guisar» y la carne cruda que te vas encargando de cocinar. Todo un show.
Mi recomendación es pedir algo menos como entrante (éramos 7 y no pudimos con todo) y reservar un poco de estómago para aprovechar bien la carne que, además, viene acompañada de una sartén repleta de patatas fritas y pimientos del padrón.
Un lugar al que ir a comer en grupo y en el que puedes darte un capricho proteico a buen precio y mejor sabor.

Pasé el otro día por un Makro que hay cercano con un amigo para comprar condumio para dar de comer a unas 300 personas y, como se nos echó la tarde encima, tuvimos que parar a comer en algún sitio cercano. Yo para nada conocíà la zona, pero mi compañero me trajo a este sitio, que al final resultó ser todo un acierto.
El local está ambientado, como su propio nombre indica, en un barco pirata, así que cuando entras parece que te están adentrando en La Perla Negra de Piratas del Caribe. El local es grandísimo, con un comedor enorme de dos plantas en el que estarían colocadas, y no exagero, más de 60 mesas, lo que hace que el trato no sea muy cercano.
Por 11 € tenías un menú que incluía dos platazos, la bebida y el postre, y la verdad es que prácticamente con un plato ya te quedabas satisfecho, ya que ponen bastante cantidad. Yo me pedí una ensalada y una hamburguesa pirata y, si bien la calidad no es de las mejores que he probado en mi vida, tampoco estaba nada mal.
En definitiva, sitio enorme al que ir a comer si tienes que hacer algunas compras por la zona, con una decoración exquisita y una relación calidad/​precio bastante buena.

Riquísimas las hamburguesas Pirata y Piratilla, acompañadas de la salsa «pirata». Croquetas espectaculares y una carne a la piedra excelente. Raciones muy grandes y a un precio muy ajustado.

Buen asador, grande y bien ambientado. Me recordó al restaurante del Capitán de Los Simpson, de esos de «todo lo que puedas comer»
Y falto poco, un entrecot de 300gr con guarnición, de los mejores de Madrid, espectacular.
La única pega, que tiene también zona para tomar copas y tenían una banda tocando y se metía algo la música en la conversación. Lo demás, genial, recomendable y económico

Comentar que lleva un tiempo en otra dirección. Esta en la Calle Navales, 33. Es mucho más amplio y los conciertos son buenos.
Buena atención y trato. Por 11 € que cuesta el menú te vas súper lleno. Tienes mas de 5 platos a elegir de primero, segundo y postre. Una bebida, café y chupito.

Comida de muy buena calidad.
Buen precio, música en directo, servicio excelente.
Muy recomendable