Avalon

Cuando tienes un enano de tres años equipado con baterías de esas que no se acaban jamás, adoras a la gente que tuvo la idea de combinar los parques infantiles con la hostelería… Y aquí se hace muy bien. En Avalon Park puedes almorzar, comer o cenar bastante decentemente, o simplemente echar una cerveza, un café, un vinito, y soltar a la prole un rato en un gran parque de dos pisos con bolas, tobogán, esponjas, y todo lo necesario para que se entretengan durante un buen par de horas, quemen esas infinitas energías que nunca se acaban y tu mientras tanto puedes relajarte un poco y rehidratar o alimentar tu maltrecho organismo machacado de perseguir al niño.
Los fines de semana, cuando está lleno de gente cenando, una monitora se ocupa de que los niñ@s no superen el umbral de peligrosidad para que puedas cenar tranquilo sin tener que lamentar consecuencias graves en la actividad física infantil. Una buena muy buena opción para salir a tomar algo con niños pequeños y poder hacerlo con cierta «calidad de vida»