Íbamos decididos a comer una buena hamburguesa y el resultado fue excelente. Al principio dudamos sobre si entrar o escoger otro sitio, pues estaba el lugar bastante vacío. Por suerte eso nos pareció mas una ventaja que un inconveniente y nos lanzamos a la piscina. Resultó ser que se trataba de un sitio nuevo y no disfrutaba aún de la confianza de la clientela de la zona. Nada mas recibirnos el personal fue muy amable, explicándonos de manera rápida y sencilla el sistema de pedido que usan para evitar colas en la barra y reducir afluencia d camareros paseando por sala. Lo he visto en otros sitios y personalmente me gusta y me parece práctico. Carta con boli que te llevas a la mesa, consultas con calma, señalas tu pedido y lo entregas y pagas en barra donde al mismo momento recoges la bebida, ya solo queda esperar a que te sirvan el plato. Buena manera de que cada uno se tome el tiempo que necesite, y es que si veis la carta entenderéis que tiene que tratarse de una decisión meditada! No esperaba nada mas allá de unas pocas hamburguesas y bocatas y cualquier parecido con la realidad acabó siendo pura coincidencia. Impresionante variedad de bocatas de autor. Me atrevería a decir que es una de las mejores selecciones de bocatas de distintas procedencias que he visto, adornados con toques muy delicados por parte del chef y de una calidad que no te deja nada indiferente. Podréis saborear desde el bagel de salmón con queso fresco a un buen habanito pasando por una amplia gama de carnes selectas y muy bien combinadas en base a ingredientes. Eramos suficientes como para probar diferentes opciones y si hubiéramos tenido dos estómagos los hubiésemos llenado también sin dudar. Ademas de l bocatas el hambre inicial nos llevo a pedir diferentes entrantes. Impresionantes las ensaladas griega y cesar, deliciosos los tacos de brie fritos con mermelada de tomate… Fue una grata sorpresa que el cocinero se preocupara personalmente por saber si todo era del agrado de la los comensales, tomándose la molestia por iniciativa propia de corregir incluso algún plato que se había servido bien para adaptarse mas al gusto de los comensales. Increíble la atención al cliente que recibimos. Por si todo esto fuera poco, el precio fue comparable a lo que me hubiera costado cualquier comida tapa+bocata+bebida+café, pero con la gran diferencia que marcan la innovación, la atención y la variedad. No conozco mucho la zona, pero tengo claro que voy a volver a comer ahí, no puedo resistirme indefinidamente a probar esa hamburguesa de pollo que preparan a base de pollo a l’ast. Creo que el Va de Cantu marca el renacimiento de las bocaterias y deseo que la gente de Barberà sepa valorarlo como se merece.