With it’s old armchairs and vintage, mismatching floral plates it seems like this place try’s heavily to become a cozy livingroom-café with a good atmosphere. In Scandinavia we master this concept pretty good, and I’ve seen it in most variations. This is probably why this was somewhat a big letdown for me, after being recommended a nice café. Still I’ll give them credit for trying and give them tree stars for being a totally ok coffee place. Go here to enjoy a cheap breakfast(you know, coffee, croissant and orange juice) but only if you are nearby.
Adrián C.
Évaluation du lieu : 3 Barcelona
En Virgen de Montserrat, a la altura de la calle Vinyals, una pastelería de mármol y aluminio marrón parece llevar allí más tiempo que la propia acera. No sería inverosímil si un día descubrieran que la avenida en la que está lleva tal nombre por algo relacionado con este establecimiento: quizá que en los años 50 se elaboró una mona de Pascua de veinte quilos con la figura de la Moreneta a tamaño real; o que buena parte de los antifranquistas que en los años 60 frecuentaban el Monasterio, al bajar de Montserrat se hartaban de merengue en la pastelería Algueró. En fin, que el lugar tiene solera. Situado en una esquina que por el desnivel aparece algo elevada, aún entretiene con su escaparate a jubilados, niños y paseantes. Pasada la puerta, se nos abre un lugar acogedor, de tonos cálidos y con el olor dulzón y perenne de las pastelerías. En las neveras brazos de gitano, mousses de limón y pastelitos con frutas, de los que cuestan un riñón y medio, sin ser de lujo, y en el mostrador, una cierta variedad de chocolates, que no pretende competir con esas nuevas tiendas especializadas. También hay algo de pan, previsiblemente para esas últimas horas de domingo en las que la panadería de apenas unos metros más abajo ya ha cerrado.