Antiga Cereria Lluís Codina

Luego de que pases por debajo del Puente Bisbe te econtrarás con una de las cererías más antiguas de la ciudad. Primero te llamará la atención su cartel. Me encantaaaaaa son esos típicos carteles de buena madera. La cerería es un espectáculo. Verás velas de todos los tamaños, precios y colores. Tradicional a raja tabla. Por dentro la tienda vale la pena. Te puedes pasar un rato mirando el arte de fabricar y crear velas. ¿Por qué, no?. Quizás no compres pero al menos date una vuelta y visítala. ¿Qué te parece el plan? Si vas hasta el puente milenario vas a poder pasar a ver esta tienda. A disfrutar de ese pasaje al tiempo atrás. Voilà!

Freak, muy freak… con una pinta de antiguo que da gusto verlo, y las velas… como tiene que ser, colgadas de la mecha desde arriba.
Me ha encantado este lugar, tiene toda la magia que debe tener una cerería.
De las mejores cosas: la fachada de la tienda, con ese letrero rancio a la par que hermoso, y ese escaparate rodeado por marcos redondeados de madera. Muy fuerte.
Eso si, las velas bastante caras, y no todas muy bonitas, pero bueno, así son los negocios históricos.

En esta cerería venden productos hechos con cera. Por ejemplo, cirios litúrgicos, artesanías varias,… También podemos adquirir rosarios, imágenes religiosas… Es un bazar para devotos del Señor. Hasta aquí todo me parece normal, una tienda para creyentes. Pero, sinceramente hay un detalle que no me ha quedado claro: venden ¿caganers? Sí, esas figuritas que ponemos los catalanes en el Belén, que muestran a un payés haciendo sus necesidades más pesantes. Últimamente puestas de moda, y versionadas en Obama, Michael Jackson, pequeño Sarkozy…
Lo encuentro un poco irreverente entre tanto rigor y veneración.
¿Renovarse o morir? Supongo que será la explicación al preocupante caso de los caganers sagrados.