Banco de España

Breve fábula más real de lo deseable: voy al Fnac y me dicen que el billete de 50 € con el que intento pagar -¡iluso!- es falso, falso, falso. Pienso por un momento en cogerlo e irme corriendo, pero viene el guarda de seguridad. Ha visto dinero y cliente inocente. En Fnac se quedan el billete, y me dan una fotocopia con su número de identificación. Me dicen que están obligados a enviarlo al Banco de España (que está en la misma Plaça Catalunya).
Pregunto a los Mossos (que están en la misma Plaça Catalunya), y me confirman que lo pueden hacer, que no están obligados pero se les recomienda que capturen el billete falsete.
Pregunto al Banco de España. El edificio dejaría a la altura del betún la Casa del Terror más terrorífica; aún tengo pesadillas por las noches. Había unas sombras imposibles que me seguían, y unos muebles del siglo XIX que parecían irreales. No había nadie, sólo creo haber visto a una abuelita extraña cambiando pesetas por euros, al funcionario que me atendió…, y a Kafka (¿o era K.?). Les enseño el papel con el número de registro del billete. Me dicen que sí, que las tiendas pueden y deben hacer esto, y que harán el seguimiento y me confirmarán que lo han enviado a donde corresponde. Hacen el seguimiento y me lo confirman.
Moraleja: en el Fnac paga con tarjeta de crédito.
(Ah, y nadie, nadie, nunca, me preguntó de dónde había sacado yo un billete falso.)