El pasado sábado día 23 mi querida mujer y mi mejor amigo habíamos quedado para comer. Quien escribe estas líneas se encargó de la elección del restaurante así como de realizar la pertinente reserva. El sitio escogido fue el Barrachina Meat & Burger, situado en los aldeaños de la Boqueria. Pertenece a los dueños de las carnicerías del mismo nombre que se encuentran en el mismo mercado y en las que en varias ocasiones había comprado su producto. Por tanto, si lo que venden es de gran calidad, son expertos en carne y montan un local dedicado a la carne, el resultado tendría que ser más que satisfactorio. Lo cual, ya adelanto que así ocurrió. Antes de ir al restaurante tomamos un par de Estrella Galicia en una terraza cercana que no merece descripción alguna, las mismas fueron acompañadas por unas olvidables olivas. A las 14:15 con puntualidad británica entramos por el Barrachina. Local de pequeñas dimensiones. Unas mesas al aire libre con taburetes. Una pequeña barra junto con una vitrina donde se exponen las carnes del día. Bajando unas escaleras hay unos barriles con taburetes y una mesa al fondo con un cómodo banco alrededor. Esta última opción es donde nos acomodamos previa reserva. Es ideal para cuatro o seis personas. De la decoración no destacaría nada especial. La carta, como puede imaginarse apreciado lector se compone básicamente de productos cárnicos. Empezando por la hamburguesa, que a partir de la que ellos llaman la clásica, se le pueden ir añadiendo varios productos. Selección de carnes varias, que vienen acompañadas de ensalada y patatas fritas y luego pequeños entrantes, desde jamón, bravas o pimientos de padrón. La comida transcurrió por los siguientes derroteros: Nos decantamos cada uno por un plato de su selección de carnes, pero estas fueron precedidas por unos buenísimos pimientos de padrón. Mi querida mujer y mi gran amigo, con buen criterio y sabiduría, se decantaron por el chuletón de vaca vieja rubia gallega«Dry Aged» 40 – 50 días de maduración. Te acercan al mostrador donde reposan las carnes para que el comensal indique el corte que desea. Una carne fabulosa, de primera calidad, sabrosa, de celestial sabor. Hecha a la brasa. Quien estas líneas escribe se decantó por carne Black Angus de Nebraska, 400 g. Un regalo al paladar y a los sentidos. Primer bocado y lágrimas de felicidad interiores y exteriores. Una carne excelente, espectacular. De intenso sabor. También hecha a la brasa. Pedí que estuviese poca hecha, y así fue, sin embargo no lo demasiado para mi gusto. Ningún problema, con remarcarlo la próxima vez solucionado. Lo bañamos todo por una copa de vino blanco. Y por una botella de Luis Cañas Crianza, que no merece presentación. Precio tres personas: 87 euros. Local pequeño. Culto a la carne. Calidad máxima, materia prima sobresaliente. Servicio, algo deficiente, si bien el camarero era voluntarioso y trabajado, hasta que no llegó un refuerzo no podía con el local. En cualquier caso no es culpa suya. Calidad-precio, excelente, tengan en cuenta que la hamburguesa clásica sólo cuesta 6,50 euros o la carne de Black Angus con patatas y ensalada, 15 euros. Más que correcto. El local está montado para comer de forma«rápida», pero con calidad máxima. Sin embargo si se reserva la mesa antes mencionada se puede hacer una comida con calma. Si los miembros de la O.M.S fueran a comer a Barrachina Meat & Burger rectificarían de inmediato y lanzarían a la basura el absurdo e infantil informe que sacaron hace unos meses y con el que crearon una falsa e infundada alarma con respecto a la carne. Señoras y señores, no lo duden, si les apetece carne de primera, vayan a Barrachina, disfrutarán.
Francesc G.
Évaluation du lieu : 4 Barcelona
Es habitual que acceda al mercado de la Boquería por el Carrer de Jerusalem y al desembocar en la Plaça de la Gardunya gire a la izquierda por los porches, o lo que queda de ellos, en la Plaça de Sant Josep y justo en ese tramo, junto a otros locales de pequeño formato, donde encontré el negocio que nos ocupa. La primera vez que lo vi pensé que era otro local de tantos que abren y cierran a los pocos meses y que proliferan por el mercado. Mi sorpresa fué cuando al realizar una compra en la parada de la carnicería Barrachina ubicada en el interior del mercado, veo un folleto donde explican las excelencias del nuevo local. Como no podía ser de otra forma, no he tardado en visitar el local, para poder sacar una opinión de primera mano. El local es estrecho y alargado al fondo del cual hay una mesa con reservado para 5 o 6 personas y otra mesa para dos. Tambien dispone, en el exterior, de tres barriles a modo de mesa, aunque deberás encaramarte a un taburete para estar a la altura. Tienes la posibilidad de comprar algunos trozos selectos de carne y hamburguesas o degustarlos in situ preparados en un horno de carbón que, es sin duda, la joya de la corona y el distintivo que hace obligada la visita. Las hamburguesas elaboradas con carne de primera calidad, se acompañan con diferentes ingredientes, como viene siendo habitual y que conforman una carta no muy extensa pero capaz de satisfacer a los mas exigentes. Lo mejor de todo es que no has de comer patatas fritas. He de reconocer que, aunque cada vez consumo menos carne, de vez en cuando y la ocasión merece la pena, me dejo llevar para disfrutar del sabor auténtico.