Conservo tres amigas de cuando teníamos 11 años e íbamos al cole con faldita tableada y calcetines. Nos reunimos una vez al mes, más o menos. Vamos a cenar y hablamos de nuestras cosas. Nos reímos de nosotras mismas y, a la segunda botella de vino, decimos que somos como las chicas de Sexo en Nueva York. Solo que en nuestro caso, y por esas edades que vamos acumulando, lo del«sexo» lo ponemos entre comillas siempre, excepto cuando una, para nuestra envidia y su solaz, lo pone entre admiraciones. Entonces, corremos despavoridas hacia esta tienda por si resulta que estamos en racha y para que no nos pillen desprevenidas. Y es que, vamos a ver: ¿tener una edad(o dos, como es nuestro caso) significa que no has de lucir bien, tanto por dentro como por fuera?. De eso nada, monada. Y para monadas, las que tienen aquí.