Can Oliva II. Tiempo atras ya hice un comentario del Can Oliva, y como ya expuese soy cliente habitual. Os preguntareis entonces el porqué de esta nueva reseña. Pués bien, señores y señores, siemplemnte porque esta última cena, me parecio muchisimo mejor si cabe que la anteriormente expuesta, por lo que considero que debe tener una actualización. Fiestas de Pueblo Nuevo, sábado día 15, cena con mi querida mujer. Reserva, como debe ser a las nueve de la noche. Dado que eran fiestas nuestro reaccionario y desfasado Ayuntamiento permite poner terraza, solo los días que coinciden las fiestas, ya que una vez acaban vuelve la absurda prohibición. Lo dicho, cena en la terraza, que por cierto se estaba realmente bien. Optamos por una cena a base de tapas, pero primero cañita del doctor, para ver la carta con paz y armonia, veamos pués: Primero un salmón marinado con wasabi, en tiras gordas, excelente sabor, una maravilla, de diez, biene acompañado de unas pequeñas tostaditas, continuamos con un Carpaccio de bacalo, la gran sorpresa de la noche, una maravilla, meloso, sabroso, fino, elegante, excelente, por que no decirlo, caramba, le sugerí a don Javier, el dueño, que introdujese este plato en la carta, de manera permanente, muy bueno. Prosegimos con una tapa de jamon de bellota, muy bueno, con grasita, bien cortado, a mano, por solo 16 euros, un gran jamon, una sinfonía en el paladar. Si me permiten la osadia de dar un pequeño consejo, decir que yo no suelo pedir jamon, no lo recomiendo nunca hacer, a no ser que se tenga la certeza de la calidad del mismo y que apetezca mucho. Lo digo, por que, dado que no requiere cocinar, siempre esta en tú mano comprar el mejor jamon a lonchas y comertelo en casa. Mejor pedir cosas que sean más complicadas de hacer en casa o que requieran una preparación, así que los embutidos, bueno, siempre se pueden comprar de mucha calidad y comerlos en casa. Seguirmos con sus impresionante croquetas de merluza y gambas, que son de lo mejor del barrio, sin llegar a las dels Tres Porquets, pero, aun así muy buenas. Para acabar su crujiente de patata y langostino con salsa romesco, como siempre muy bueno y divertido de comer. Lo bañamos con un excelente Rioja Vega Selección Especial 2.009, que don Javier me sacó de su bodega personal, aun precio de solo 16 euros, baratísimo. Dispone de una correcta carta de vinos, a buen precio, y aunque corta, bien selecionada. Por último, café y pacharan de Baines Etiqueta de Oro. El único que se puede pedir en un restaurante. Lo dicho, de lo mejor de Pueblo Nuevo, con una relación calidad precio excelente, gran trato. Disfrueten.
Mariana B.
Évaluation du lieu : 1 Barcelona
Volví y aaaaaaaaaaaaaaaaaah nahhhhhhhhhhhh never más in my life. Estaba por la zona, llovía y me dije! qué rico sería una empanadita argentina. Me di cuenta que estaba a pocos pasos del Can Oliva! y dije ahí voy. Abro una puerta corrediza y veo las .das y nadie detrás del mostrador. Ok, me asomo por aquí, me asomo por allá y veo que un señor un tanto sudado con cara de alterado, me dice, qué quieres guapa?. Yo en mi estado de paz mundial, le pregunto de manera dulce, cuánto valen las empanadas, dos euros, respondió. Ugh, hizo mi garganta, dos euros!!! para llevar!!! pensé. Uff. Bueno, lo dudé y después me dije, voilà! es una empanada, seguro que está rica! Intenté informarme cuál era cuál, de qué sabores y elijo la de atún y le señalo, quiero esta! pero cuando uno dice quiero esta, es esa, no es aquella. El señor con la mano, o sea, dícese con la mano literalmente, sin ninguna protección, sin ninguna servilleta y menos aun con una pinza«coge» la empanada errónea, no la que yo le había señalado. Con cara de «enfadado» intenta llevarla a calentar cuando yo, Marianita hace click y le dice, por qué anda tan apurado. El señor de muuuuuuuy mala ostia, me responde, «es que voy de culo» y se enloquecía con una empanada más en sus manos. Yo, flipaba! Le dije, perdone pero no quiero la empanada y me di la vuelta cuando de repente lo escucho protestar, diciendo, Oye guapa, no me hagas perder el tiempo. El tiempo ya lo pierde él porque no le sonríe a la vida, porque no es amable con una chica sola que solo quería una sola empanada. No respondí, no malgasté mi tiempo. El señor sabrá donde meterse la empanada. Yo salí con mi paz mundial y sonreí porque me sentí que eso es saber elegir justo a tiempo. Si se va de culo cuando en un sitio hay 3 mesas ocupadas no quiero pensar este tío trabajando en Wall Street. Terminé comiendo un bocadillo de fuet en un bar que se llamaba Capitán Garfio. Touchè Can Oliva! Tocuhé camareros con mala onda! Y sí, estoy en España mejor fuet que unas tristes empanadas. Voilà!