Casa Asia

Hace ya casi 10 años que vivo en Barcelona, pero curiosamente, aun no había conseguido pisar la Casa Asia. ¡Y ahora que vivo al lado, ya no me quedaban excusas!
Aunque, francamente, con lo mucho que había oido hablar, la experiencia fue … un poco escasa, cuanto menos. O_​O
Es posible que la exposición que fuimos a ver no diera más de sí. Aunque creo que la arquitectura debe tener más que eso que ofrecer. De hecho, mi «pareja de bail» me dijo que la exposición anterior — que yo me perdí — le había gustado mucho más. Y además estaba «muchísimo más currada». ¡Lo que tiene ser arquitecto técnico y entender del asunto (además de que te guste, claro)! ;))
En fin, «stay tunned» que pienso repetir e informar puntualmente.
(Eso sí, creo que esta sede ya no está. Solo queda la del Hospital de Sant Pau. ¿O estoy confundida?!)

¡Lo reconozco! Soy una gran, gran, gran apasionada de la cultura asiática. Así que no es de extrañar que Casa Asia sea uno de mis lugares preferidos de la ciudad. Hasta el punto que me podréis encontrar allí por lo menos una vez a la semana.
Seguramente os estaréis preguntando porque es tan especial para que lo considere una cita ineludible si estáis en Barcelona. Sólo el edificio modernista de Puig i Cadafalch ya merece una visita. La planta baja con la fuente de mármol y su gran escalinata es lo primero que llama la atención cuando traspasas la entrada situada en la avenida Diagonal. Pero sobretodo no os perdáis el resto de los salones que originariamente fueron el comedor y sala de estar de la casa de la familia Quadras (fijaros que aún se conserva la estructura de la chimenea). ¡Cuantas veces habré soñado en poder vivir allí!
Además de estas salas de decoración exuberante el edificio cuenta con aulas de estudio donde se realizan todo tipo de cursos (encontrarás la información en Infoasia o en el tablón de anuncios situado al lado del ascensor de la primera planta), salas de exposiciones itinerantes y otras destinadas a presentaciones de libros, conferencias o proyecciones de películas.
La sala Samarcanda es la que normalmente acoge los ciclos de cine asiático que se hacen los sábados por la tarde gratuitamente. Es una sala que suele quedarse pequeña y donde la visibilidad deja bastante que desear ya que las sillas están al mismo nivel y hacen que sea muy difícil o casi imposible que nadie te tape la pantalla. Tampoco es de extrañar que en algún espectáculo o evento popular acabes sentado en el suelo por la falta de sillas. ¡Así que si os interesa alguna de las actividades que ofrece esta institución dedicada a promover las culturas asiáticas y del pacífico recomiendo que vayáis con tiempo!
Por otro lado, un aspecto destacable de Casa Asia es su mediateca. Cuenta con un sinfín de libros de todo tipo (gramática, novelas, guías de viaje…) y con una extensa colección de películas y música en cd. Todo está ordenado a la perfección en estanterías clasificadas por países. Podéis daros de alta en la mediateca sólo con el carnet de identidad y el alquiler de cualquier material es gratis. También podéis disfrutar de la sala de ordenadores y conectaros a internet con un límite de 1 hora al día sin pagar (¡Atención! Por el momento Casa Asia no cuenta con servicio WIFI).
La agradable sala de estudio se amplió hace poco y ocupa la quinta planta del edificio anexo. No os perdáis las maravillosas vistas de la Diagonal mientras escucháis música en sus reproductores de cd.
Tampoco os olvidéis de subir a la maravillosa terraza donde seguramente tendréis que esquivar a algún turista haciendo fotos.
Si con todo esto aún no estáis del todo convencidos en visitar Casa Asia, os planteo el curioso juego de buscar en la fachada que da a la Avenida Diagonal las esculturas de Sant Jordi, patrón de Cataluña, matando al dragón y la de un hombre montado en bicicleta que representa al arquitecto Puig i Cadafalch. ¡A ver si las encontráis!

Te guste o no el rollo asiático, Casa Asia es una parada obligada dentro de la ruta cultural barcelonesa. Biblioteca y videoteca donde puedes encontrar cualquier autor asiático, terraza en la parte de arriba con unas vistas preciosas, incluida la ‘casa de les tres punxes’, del arquitecto modernista Josep Puig i Cadafalch. Sala de lectura con una gran cristalera exterior o también un espacio adaptable, como por ejemplo a proyecciones de películas. Casi todas las actividades son gratuitas. El ciclo de Kurosawa estuvo de lo mejor aunque el problema de la sala, es que ponen las pelis en versión original subtitulada (que me parece obligatorio) y al ser un espacio anivelado, a partir de la tercera fila ya no se leen bien los subtítulos. No dejes de pasarte por el bar ambientado con un toque zen, donde puedes tomarte un té o un café leyendo el periódico cualquier mañana. En realidad el edificio en sí no tiene desperdicio así que te recomiendo que subas por el ascensor pero bajes por las escaleras y vayas revisando piso por piso para no dejarte nada. Un espacio muy místico todo él.

Casa àsia, un ejemplo de amistad. Dar todo sin pedir nada a cambio.
Esta magnífica obra de Puig i Cadafalch, que en su día habitaba el Baro de Quadras, acoge actualmente la sede de Casa Asia, un organismo encargado de fomentar las relaciones entre España y el continente asiático.
Un espacio para leer, escuchar, mirar, soñar. Además del interés histórico, artístico y cultural del edificio en sí, este consorcio pone a disposición de los usuarios todos los medios necesarios para el acercamiento entre dichas sociedades.
En sus primeras plantas encontramos exposiciones, des de fotográficas a arquitectónicas, pasando por botánicas. Aulas donde se realizan a diario clases de lenguas (japonés, chino, hindi, coreano…) y habitualmente conferencias y ciclos de cine. Además en el punto de información Infoasia nos darán todo el asesoramiento interno y externo, sobre cursos, seminarios, talleres, bolsa de trabajo… relacionados con cualquiera de los países del continente asiático (también en su web).
Al llegar a la planta 4ª (por suerte no la del Corte Inglés) nos encontramos con la mejor mediateca especializada de la ciudad de Barcelona, y probablemente del resto del país. Acceso gratuito a internet, computadoras, libros, guías, diccionarios, prensa, música… todo ello acompañado de un ambiente único, despachos y butacas para disfrutar tanto de las vistas del propio Palau como de la ciudad.
Seguimos subiendo y llegamos al tejado donde una terraza nos invita a sentarnos tranquilamente y sumergirnos en los poemas de Wang Wei, o simplemente compartir con Asia un ratito de sol heredado.

Situado donde anteriormente estaba el Palau de la Musica, un impresionante palecete modernista, esta institucion se dedica a promover los intercambios culturales entre Asia y Europa.
Organizan un montón de actividades y disponen de una biblioteca con un buen surtido de material donde podremos documentarnos sobre cualquier aspecto de Asia.