Toda mi familia ha conseguido el carnet de conducir en esta autoescuela. Que mi hermana o yo lo consiguiéramos es algo normal, pero que mi madre aprobara ya es toda una odisea. Quizás por esto creo que Centelles debe ser la mejor autoescuela de Barcelona: os aseguro que mi progenitora no es precisamente apta para la conducción. O al menos no lo era antes de ponerse en manos de los simpáticos extremeños que regentan este negocio. En esta autoescuela hay muy buen rollo, sobretodo cuando toca la parte práctica. Los profesores son muy majetes y dan un montón de conversación cuando imparten las clases: no se hace nada aburrido. Lo malo es que una se acostumbra a ir hablando con el copiloto mientras conduce. Y luego, claro, el copiloto habitual puede acabar hasta las narices de tanto parloteo al volante…