Espai Sucre

Una experiencia que vale la pena tener al menos una vez. Fui por varias recomendaciones y aunque probablemente no lo repita (por razones de gustos personales) vale la pena. Algo distinto. Hemos ido a la barra de tapas dulces y es una experiencia única

Not worth the hype, they really didn’t try either, first off it was completely empty I should have known better. I was on a special date, the best part is it was a blast we laughed so hard about how terrible it was.

Wahnsinnig nettes Personal, lecker churros mit chocolate und n gutes Bier mit leckeren tapas. Alles in allem nur zu empfehlen!!!

Es caro, pero es top. No he comido el menu, pero las tapas que son servidas en la parte posterior del restaurante. La parte de tapas es mucho más económica y me ha resultado más interesante, ya que me he sentado en la cocina. El mozo era un sommelier experto y hemos probado muchos vinos dulces fantásticos.
Pesa en el bolsillo, pero es una gran experiencia
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Espai sucre means sugar space, which means I had to try it while in Barcelona. The best I can describe the place is dessert tapas.
The front of the house is reserved for traditional diners, while the dessert area is in the back by the kitchen, where you sit at a long table and can watch the action.
The menu is arranged by groupings of desserts, which come three to an order. They’re small and pack a punch. With ingredients that include tanka nut, celery, vinegar, coffee and coconut, Espai Sugar is a treat to the eyes and taste buds.
We went two times during our two-​week Barcelona stay and managed to try all but two of the dessert items. If you appreciate well constructed, beautiful and unusual combos, then this is a must while in Barcelona.

Espai Sucre es un restaurante distinto por su originalidad y por su buen hacer. Es un lugar austero, sin grandes pretensiones decorativas, elegante y acogedor. A pesar que todavía hay alguien que entra a pedir un café con leche y un croissant, Espai Sucre es un restaurante de postres de alta categoría.
Es importante dejarte seducir por su oferta gastronómica basada en postres con alguna excepción salada. No se trata de postres tradicionales sino de increíbles combinaciones de gustos, texturas y colores. El pastel de Idizábal con cereza es una de sus especialidades.
A parte de restaurante, Espai Sucre és taller de restauración y eso es algo que no se puede obviar.
Su creación en el año 200 fue ideada por Jordi Butrón y tres socios más que se aventuraron con esta idea arriesgada de crear un restaurante de postres, el único en el mundo, según ellos.
El menú degustación es casi obligado para hacerte una idea. La presentación elaborada y exquisita viene precedida por una explicación profesional, muy de agradecer, de lo que estas a punto de degustar.
Cocina creativa y de vanguardia que transforma un ágape en una experiencia sensorial La textura de los alimentos, la combinación de colores. Todo un arte que se acompaña de un maridaje de vinos que sabe a poco.
Abstenerse de ir los comilones que necesitan satisfacer sus instintos más primarios. Es una satisfacción más sofisticada que invita a saborear lentamente todos los ingredientes.
Recomendable la experiencia pero dudo que vuelva en mucho tiempo, entre otras cosas porque mi economía no me lo permite. Un «menú pequeño» sale a 35 € más IVA con maridaje (copa de vino). La carta de vinos no existe.

This place was great. It was a bit scary when we had to knock in order for them to unlock the door for us to enter the restaurant, I guess the neighborhood isn’t all that. We only had room for the 3 course dessert since we just came out from another place for dinner. Their desserts are amazing, the way how they can mix all the different elements together, salty, sweet, sour, when we usually wouldn’t think those can all go together except for salted caramel. everything was superb and done to the next level, i would recommend this place to everyone.

Food was exciting and reasonably priced (for this type of restaurant), waiters were attentive and friendly. Wine tasting with our chef’s menu included some wonderful wine we wouldn’t have tasted had we not visited. If you’re a foodie and have a sense of adventure you should definitely eat here.

¿Eres goloso? Pues ya tardas en visitar el Espai Sucre, el primer restaurante de postres del mundo según aseguran sus propios fundadores. La experiencia sensorial que te ofrecen es de las experiencias gastronómicas más estimulantes que he vivido en mi vida. Fuimos cinco amigos: Lina, para la que cualquier momento es bueno para pecar con chocolate, no paró de suspirar (diría que su novio hasta se puso un poco celoso) a lo largo del menú que nos ofrecieron en este restaurante-​taller-​escuela. A Espai Sucre tienes que ir por rigurosa reserva y los viernes y sábados funcionan por turno (¡cómo odio lo del los turnos en restaurantes!). Si sois un grupo grande incluso podéis reservar el salón privado. Merece la pena.

Me hace mucha gracia la gente que pregunta: ¿Eres de dulce o salado?. Pues depende. Porqué yo soy más de salado… pero una cena en Espai Sucre, donde todo es dulce, no tiene desperdicio. Xano (Xanuuuuu para los amigos) es un pastelero excepcional y mejor persona. Allí está, al pie del cañón y de la escuela de pastelería (porqué también tienen discípulos de su saboir faire). Hay que ser muy imaginativo para ofrecer una carta entera de postres. Platos sofisticados y menús degustación para todos los bolsillos. Imprescindible una visita al año.

Eine kulinarische Offenbarung

Wenn man das erste mal davon hört, ist man verdutzt: Ein Restaurant, das nur Desserts serviert. Und dann auch noch als bis zu 5-​gängiges Menü!
Aber nein, es wird nicht langweilig und der Gaumen verklebt auch nicht nach den zweiten Dessert… Die Desserts sind sehr abwechslungsreich und man findet auch überraschende Aromen und Zutaten (Olivenöl, Bacon-​Eis). Manche Komposition klingt zunächst erschreckend, aber die Küche versteht es wirklich, verschiedene Komponenten zu einem geschmacklich überzeugenden Gesamtwerk zusammenzufügen.
Somit sind auch 5-​Dessert-​Gänge eine Freude und mit Leichtigkeit zu genießen. Das einzige, was mich etwas Überwindung gekostet hat: Zu jedem Gang wird auf Wunsch ein korrespondierender Wein serviert — und das ist natürlich immer ein Dessertwein. Das ist zumindest mir nach dem zweiten Glas zu süß und zu stark.
Die Küche kocht auf Sterneniveau, der Service ist makellos (nicht alle sprechen jedoch Englisch), der Gastraum ist modern und durchdesignt, aber trotzdem klein und gemütlich.
Das Restaurant ist an eine Kochschule, die sich auf Desserts spezialisiert hat, angeschlossen — oder andersherum.
Reservierung ist dringend notwendig.

Jordi Butrón betreibt mit dem Espai Sucre das (weltweit einzige) Restaurant in dem es ausschließlich Dessert-​Menüs gibt.
Ohne Reservierung hat man kaum Chancen Platz zu bekommen.
Reservieren kann man zu zwei Terminen: Entweder um 20.30 oder um 23 Uhr.
Hier ein «Beispiel» für ein 3 Dessert-​Menu:
1. Gurken-​Ananas-​Estragon-​Sorbet
2. Kuchen mit Kirschen, Zuckerrüben und Schwarzbier
3. Kokosnuss-​Tapioka mit abgeflammtem Crème-​Eis
Ein solches Menu kostet im Schnitt 30.- EUR
Zu jedem Gang gibt es einen Weinvorschlag, das Glas Wein ab 4.- EUR.
Wer nicht nur essen sondern auch lernen will wie man «so etwas» selbst zubereitet, dem bietet der Jordi Butrón für 75 Euro ganztägige Kurse in seiner eigenen Escuela de Postres (
) an.