Muchas veces pasaba por ahí y seguía de largo sin entender qué era o de quién eran las obras que se exponían. Hasta que un día con tiempo, entré. Hice un recorrido por la sala y la verdad que quedé maravillada. Luego de eso empecé a darle nombre a las obras de arte que hay sueltas por la ciudad. Uní aquellas«AA» gimnásticas que encontré un día sacando fotos y aquél libro gigante que hay en Gran Vía y Paseo de Gracia. Joan Brossa fue un poeta, artista catalán un tanto visionario, parece. Para mí en aquél momento fue todo un descubrimiento. Después de hacer mi visita, me quedé charlando y haciendo preguntas a la mujer que trabaja ahí. Inclusive terminé comprando un libro que te plantea la ruta de las obras de Brossa. Me costó 5 euros. Si te apetece conocer un poco más de Joan Brossa, recomiendo que te pases por su Fundación. Vale la pena. Me quedo con el concepto que plantea: poemas visuales. ¡Sin palabras! Voilà!