Gotham

Pasas por delante de esta tienda y se te cae la baba. Muebles vintage, auténticos, restaurados y sin restaurar, te seducen cuando los miras:
— Cómprame… Te gusto, lo se.
— Me gustas si, pero nuestro amor es imposile… Eres muy cara, lo siento mesita de noche.

Como una niña amorrada a los cristales de una tienda de chucherías. Así me siento cuando paso por enfrente de Gotham. Y es que sí… Soy una más de las que ha sucumbido a la moda vintage. No por hacerme la cool. Sencillamente… ¡Me gusta! Pero, claro… Hay precios y precios… Y por mucho que me guste lo que venden –que no me gusta… ¡Me encanta!- los de Gotham no están a mi alcance. Así que hasta que no llegue el día en que pueda permitírmelos –que llegará, lo sé– seguiré amorrada a su cristal porque, si esto sólo ya es una tortura, entrar dentro podría suponer mi final.

Para perder los papeles si te gustan los muebles vintage. Gotham es un referente de este tipo de establecimientos en la ciudad condal desde hace casi veinte años. Es una tienda muy conocida también en el mundo de la publicidad y el cine debido a su servicio de alquiler para rodajes de producciones. Como dato anecdótico debes saber que de aquí han salido gran parte de los muebles y objetos de decoración de algunas películas de Almodóvar, por ejemplo.
Situada al lado del Ayuntamiento, aquí encontrarás mobiliario de las décadas de los 50, 60, 70 y 80 tanto para el hogar como para la oficina. Muchas de las piezas que venden son originales de la época pero restauradas actualmente respetando al máximo sus características iniciales. También venden algunas para restaurar y otras, la mayoría, en perfectas condiciones de conservación.
Es cara, muy cara, en mi opinión. Y su oferta es bastante desigual: puedes encontrar objetos o muebles maravillosos y en un estado impecable y otros que están bastante hechos polvo y que encontrarías en Los Encants por tres cuartas partes de lo que te piden aquí por ellos. Si vas te recomiendo que te armes de calma y de tiempo y lo dediques a mirar, preguntar y comparar. Puedes tirarte una mañana entera sin que te des casi cuenta del tiempo que llevas allí…