Ya sabes cual es mi mote: «Padre malabar». Así que un bareto a cinco minutos de casa y sin el atropello de las ramblas y con un patio para el verano donde se pueden escuchar sesiones electronicas, incluidas unas muy especiales de Dub, es la guinda. Hace mucho llegue aqui por la urgencia de ver el ultimo Barcelona-Madrid que jugo Ronaldinho Gaucho. La culpable es Marina mi vecina de tierras altas. Hoy lo vuelvo a visitar y lamento no haber estado atento aquella vez. Me duelen los mas de tres euros por cerveza(estoy desactualizado) pero la estoy pasando pipa como un niño(sin Niño) y casi me apunto a danzar en solitario para liberar. ¿Sera que los abuelos que pasan el dia en el edificio de enfrente estan al tanto de lo que hacen sus nietos?
Adrián C.
Évaluation du lieu : 4 Barcelona
Quién iba a decirnos a nosotros, que entrábamos a la Isla de Encanta por ser de los pocos bares de copas de la zona y por su patio interior, que allí tiempo atrás habían pinchado DJs reputados al salir del Sónar, porque alguien les hablaba de la afición del local por la música electrónica. Mis amigos que saben de estas cosas me explicaron la importancia de la Isla, por su querencia musical. Quién iba a decirnos a nosotros, que un local así iba a estar en el barrio, a tres pasos del ambulatorio. Pero ese patio interior vale la pena aunque odiemos toda la música después de Chopin. Una gran palmera preside un espacio en dos niveles en donde tomarse a gustísimo unas cañas cualquier tarde de mayo, con ese olor a humo y hierba urbana tan primaveral. Incluso, con paciencia y más dinero del que pagaríamos en cualquier otro bar, podemos permitirnos el lujo de pedir unas patatas bravas recién fritas en la cocinilla a la vista que tienen junto a la puerta. Y después de cenar, si queremos, volvemos a por el último cubata.