Le tengo mucho cariño a este lugar, porque Jaimes es el apellido de mi novia y por esto le he tomado infinidad de fotos posando frente a la fachada para luego enviárselas a su familia y amigos y bromear acerca de que ella es la dueña de tan famosa librería. Pero ya hablando en serio, es muy lindo encontrar un librería tan clásica en este mundo de tiendas monstruosas de varios pisos llenos de bestsellers. Vale la pena entrar y sentir que estás en un lugar histórico, tal vez la próxima vez que vaya, me voy a tomar el tiempo de preguntarle a los dueños si es verdad aquel cuento que vi una vez en un programa de televisión acerca de que antes se llamaba James pero le cambiaron el nombre a Jaimes para hacerla más local.
Juan P.
Évaluation du lieu : 3 Barcelona
Lo suyo es el David versus Goliath de los libreros, teniendo en cuenta sus«poderosos» vecinos. A su favor tienen el amor al arte(literalmente), a las letras(se daba por supuesto) y una oferta francófona que goza de gran predicamento desde que abrió sus puertas. Resistente en este sentido y muy loable, viéndose recompensado por una parroquia fiel que, por si fuera poco, a veces se lleva gratas«sorpresas» teóricamente fuera de los catálogos oficiales.
Marta M.
Évaluation du lieu : 5 Barcelona
Una vez desaparecida la Llibrería Francesa, sólo queda Jaimes como último bastión especializado en literatura francófona. Son los proveedores para los colegios franceses de Barcelona y quizás sea eso lo que asegure su supervivencia y, de paso, que puedo seguir comprando libros de mis clásicos favoritos en la lengua original y reencontrando a algunos de mis antiguos profesores. En este lugar hay montones de libros en francés para todas las edades, además de los clásicos cuadernos Claire Fontaine, que son mis preferidos después de los Moleskine. Además, hay talleres literarios y exposiciones temáticas. Como dijo Flaubert: ««Une bonne phrase de prose doit être comme un bon vers, inchangeable, aussi rythmée, aussi sonore.» Y una buena librería tiene que ser como Jaimes.