Kathmandu

Barcelone, Espagne

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3 avis sur Kathmandu

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Évaluation du lieu : 4
Barcelona
¿Desea curry? Pregúntale a Marco Polo o a los monos.
Me gusta el curry, no me gusta el curry, que habría sido de nosotros sin el curry, habría que preguntarle a Marco Polo, cuando por allá en el año 1255, llegaba a China y descubría el té y otras especias. A pesar que no estoy seguro que la haya descubierto. El curry ya es parte de nuestras bocas. No guste o no. Mi amigo que subió el Himalaya, me dijo un día que me quería invitar a comer con los monos, y yo me reí, pero la verdad es que en Nepal, los micos, son seres más que sagrados, evidentemente eso no podría suceder en nuestras culturas aniquiladoras de animales, pero bueno, la cosas es que llegamos a este restaurante nepalés. No había monos, pero sí mucho curry. Yo tenía dudas, pero sabía que el curry es una clásica especia de Oriente. Nos sentamos en sus mesitas, el lugar está muy bien decorado y es cómodo. La carta me pareció chino, pero como tenía al guía, todo fue mucho más fácil. Entonces el curry en sus diversas aplicaciones y diversidades repletó nuestra mesa de deliciosos manjares, en verduras, carnes, pollos, arroces etc. Lo único que no encontré fue a Marco Polo y a los monos.
Évaluation du lieu : 4
Barcelona
Restaurante nepalí. ¡Oh no, otro restaurante étnico! Pues mire no se reduce a eso. A mí lo del especiado y del tránsito del suave al picante al más picante y al todavía más picante en salsas sin fin me deja la bocera relamida. Precio bueno, servicio atento y, por si fuera poco, han añadido menú de mediodía por debajo de diez euros y posibilidad de «take away». ¡Que merece la pena, oigan!
Évaluation du lieu : 4
Barcelona
Por muchas vueltas que diera a la carta, ya sabía antes de entrar lo que iba a pedir: pollo al curry con arroz. Pero no soy yo amiga fiel del picante. «¿Tú quieres que piqué?» –me preguntó el camarero. Y debido a la medio sonrisa que me ofreció, síntoma de esa humildad evidente tan propia de los hindúes, les juro que pensé que me lo preguntaba en broma. Y yo hacía mis cábalas: «éste me lo está preguntando y según lo que diga contestará. ¿Quieres que piqué? Pues pica. ¿No quieres que piqué? Pues no pica». Pero no sé cómo pude poner en duda su profesionalidad. ¡Era la salsa curry más a mi medida que jamás había encontrado! Y, ¡ojo! que he vivido en Edimburgo y allí el pollo al curry podría ser el segundo plato oficial (seguido de los haggis).
¿Cómo lo conseguiría el buen hombre? ¿Acaso tendrá un medidor del gusto por el picante que se deduce del gesto que ponga un cliente?
Además de cocina hindú tienen bocadillos (alguna jovencita pidió el suyo de tortilla de patatas mientras yo estaba sentada). El menú del día no llega a los 10 euros y comer bien fuera del menú se puede hacer por unos 12.
A mí pollo al curry con arroz sólo le faltó para ser perfecto que no hubiera estado acompañado de la música de la Cadena Dial de fondo.