He ido unas cuantas veces a este restaurante y siempre he comido bien. Ofrecen cocina catalana tradicional como carne a la brasa, caracoles, escalivada o torradas. La relación calidad-precio es correcta. Entre los platos a recomendar, destacaría los caracoles a la llauna, el solomillo con foie y las patatas diablo, estas últimas espectaculares! No obstante lo anterior, tengo que decir que la última vez que fui el servicio fue pésimo, tardando una eternidad tanto en tomarnos nota como en servirnos los platos(y eso que solo había cuatro mesas ocupadas). Además, éramos cuatro personas, y sirvieron a dos de nosotros media hora antes que a los otros dos(¿?). Por si fuera poco, la camarera parecía que nunca hubiera trabajado como tal. Confio que esta desorganización fuera fruto únicamente de ese día porque realmente es un sitio donde se come bien.