La Paladar del Son

La mejor comida cubana de Barcelona, buen servicio y buen precio. Los combinados de ropa vieja, picadillo y cerdo asado los mejores.

El local es genial. Lo encontramos de casualidad paseando por gracia buscando ese «típico local acogedor». Situado en la esquina de la calle, con gente riendo en la puerta y música que salía de dentro del local, te hace recordar esos sitios de tu barrio en el que todos se conocen.
La comida típica deliciosa (ya había estado en Cuba y esto me hizo volver en cada mordisco). El trato personal y cerano, aunque el local estaba lleno, así que con un poco de prisa, pero sin decaer en calidad. Lo recomiendo 100% y volvería sin dudar.

Beware. If you ask for menu in English you will pay more. When asked why the response is you are in Spain! What an insult to Spaniards. Food was mediocre. Service slow and inattentive. Live music as promised was non existent. Locals seemed to hang outside the front eating empanadas purchased down the street. I guess I will try there tomorrow. I won’t go back there are too many good choices in the area.

This place is like «pequena havana» en barcelona. They have live music on Sundays at 6pm (they don’t serve dinner afterwards and it gets packed so make sure you come early to get a seat and entrée). The mojitos are amazing!!! The chichirrones were delicious and the ropa vieja is my favorite entrée. It’s a very small place so call ahead if you have a larger group.

The food is fantastic in this small and casual place. Make reservations!!! Just pick something interesting from the menu unless you already know the names of Cuban dishes… This review was written in 2008.

Un domingo por la tarde paseaba con una pareja de amigos por el barrio de Gracia. Lo que paso antes de llegar a la esquina donde esta La Paladar del Son poco importa, pero hay que tener en cuenta que aún era de día y no circulábamos excediendo ningún nivel de toxinas.
Fue inevitable escudriñar entre las ventanas para saber si lo que sonaba era real y no el audio de algún set de cine. Era un sarao de magnitud respetable y de altos decibelios donde la descarga de los timbales y el vozarrón de un moreno cantante animaban a todos los presentes.
Tuvimos que esperar como quién deja que la mar baje para adentrarse, que la musica cesara un instante y que el bamboleo de los bailarines improvisados nos diera espacio para llegar a la barra. Estoy seguro que en esos días se supera el aforo permitido y que la distancia cuerpo a cuerpo llega a ser intimidante sino estas acostumbrado.
Los mojitos en una breve estancia cayeron uno tras otro y aún me pregunto como no se caen los músicos de esa pequeña tarima si el tecladista ocupaba la dos tercera partes de la misma. El resto era el timbal y voces.
Si puede existir la teletransportación seguro que este lugar del universo es una sucursal con destino a Cuba.

Un sitio con buen ambiente! Fui hace tiempo y había música en vivo, se puede repetir!