Llotja

Estudié diseño gráfico e ilustración, terminé allá al 2003. Las cosas habrán cambiado mucho. Me dieron la base necesaria para empezar en esto del diseño, pero ni mucho menos todo lo necesario.
Hay demasiado artisteo y poca formación, luego es cuando te das cuenta de que incluso las profesiones artísticas tienen, sus rutinas y su ciencia, en definitiva que necesitas una buena base de conocimientos, y creo yo, este no es el lugar.
Lo que se aprende ahí tiene 0 aplicación en la vida real. Si lo que quieres es pintar… mejor una carrera de bellas artes y si lo que te gusta es diseño, un grado multimedia.

Cuando tenía unos quince años, decidí dejar de estudiar música, para cambiar de rumbo y probar suerte con los pinceles.
Dos personas que admiraba (y admiro) se formaron en esta institución: Mi padre y Picasso. El primero, me aconsejó intentar el ingreso, superé la prueba, disfrutando pese a la dificultad, porque era mi «vocación» y arrancamos el curso…
Los dos primeros años, los cursé en el viejo edificio de la calle Avinyó, en la Plaza Verónica y guardo magníficos recuerdos.
En esa época descubrí en profundidad, las calles cercanas del Raval y el barrio Gótico.
La escuela parecía un laberinto y lo único más o menos simétrico era su estructura.
Las aulas eran amplios espacios escondidos tras enormes portones de madera, entraba mucha luz por los ventanales y se trabajaba a gusto.
Las del sótano, eran más oscuras, lúgubres y misteriosas…
Había un almacén de viejos modelos de escayola, que un día descubrimos por casualidad, que seguramente utilizaron hacía muchísimos años, pintores más tarde consagrados.
Los estudios se dividían en tres áreas principales: dibujo artístico, dibujo técnico y escultura. Además, habían asignaturas complementarias, como Historia del Arte y francés. El dibujo técnico, se hacía con compases, cartabones. escuadras… y el ya desconocido TIRALÍNEAS. Si podías pagar uno de los primeros prototipos de «Rootring», fantástico… La mayoría no podíamos.
Hace poco me he enterado que han desmantelado el edificio, tras bastantes polémicas y no sé si han abierto una nueva «sucursal» en alguna parte, pero han destrozado un pedazo de la historia de la ciudad.
El tercer curso y posteriores, los realicé en la calle Ciutat de Balaguer, un lugar más aséptico y moderno, distribuido con más raciocinio, pero a mí no me gustaba…

Es una de las escuelas de diseño y arte más prestigiosas de Barcelona. Entrar no es fácil ya que hay que superar un examen de ingreso antes de poderte matricular, pero una vez dentro, se puede estar seguro de recibir enseñanza de los profesionales más prestigiosos de cada sector.
Artes gráficas, diseño, escaparatismo, cerámica, encuadernación artística, escultura, pintura… todas las disciplinas de las artes se imparten en esta escuela que tiene sede central en la zona alta de la ciudad y varias dependencias más repartidas por Barcelona y alrededores.
Muy interesante también las prácticas en empresas, gestionadas directamente por la escuela y la posibilidad de estudiar en otros centros formativos europeos gracias a becas Erasmus