Tengo vagos recuerdos de infancia, cuando mis abuelos me llevaban a comprar al mercado… Muchos años más tarde y tras un largo periplo vital, he vuelto a mi barrio«de toda la vida» y aún me aparece algún «flash» del pasado, como sentir vibrar el suelo cuando pasaban los enormes carretones de madera cargados de cajas hasta los topes, o alguna frase típica de mi abuela: — Los garbanzos, que sean de «Saúco», eh?- Hoy voy con mi mujer, equipados con un carrito último modelo, que casi tiene cambio de marchas y llenamos nuestra cocina de CALIDAD, adquirida«de tú a tú»… -«Reina, vine al mercat» !!!-
Raül R.
Évaluation du lieu : 4 Barcelona
En general –lo siento-, no tengo muy buena imagen de los mercados; no me apasionan especialmente. Dejaría los cuatro típicos, los más antiguos e históricos –Boqueria, Sant Antoni, éste mismo…- y el resto los tiraría abajo. Así de radical soy.(Estuve haciendo una serie de reportajes sobre todos los mercados de Barcelona, y muchos estaban decrépitos, con muchas paradas cerradas, decadentes.) Pero, como digo, éste es uno de los pocos que salvaría. ¿Por qué? Por varias razones: Sants es un barrio que no conozco suficientemente bien, pero cada vez que he ido, he encontrado un rincón nuevo, simpático, diferente, casi de inicio de frontera; este mercado es de los históricos, es imponente y, aunque yo le sacaría las paradas exteriores de la calle, en general está bien; pero sobre todo, porque el hecho de poner la Abacus dentro del mercado me parece una brillante idea: conjugar comida y libros(y juguetes, papelería). Ir a comprar un libro de cocina y luego comprar ingredientes para hacer los platos que aparecen; comprar una novela de Pepe Carvalho y lo mismo; o al revés, comprar un pollo y luego comprarse un libro para conocer platos originales con él; o comprar café y mirar de encontrar un libro sobre la historia del café, las rutas, etc. Deberían hacer ofertas así: «Reina, compra estas patatas, y tendrás un 25% de descuento en el libro sobre la historia de la patata en Alemania», por ejemplo. ¡Genial!
Daniel N.
Évaluation du lieu : 4 Barcelona
Nunca lo había visto y flipé. Menudo vestigio de la época de Modernismo, un gran baluarte de la historia arquitectónica de la ciudad condal. Obviamente, no se conserva en un muy buen estado. Su fachada es espectacular, imponente, majestuosa, digna de la mano de unos de los colegas del gran Gaudí. Construido en el año 1888, por el ingeniero Antoni Ravira i Trías, el mismo que construyó el Mercat de Sant Antoni. Es uno de los centenarios mercados de Barcelona. Su estructura de fierro le da el característico signo de los mercados construidos a comienzos del siglo 20. Su interior alberga a comerciantes y sus productos, como en todos los mercados. Pieza clave en el desarrollo de la ciudad y sus barrios.
Judith P.
Évaluation du lieu : 4 Barcelona
Si no he pasado mil veces por delante del mercado de Hostafrancs no he pasado ninguna. Sus paradas exteriores de ropa, su estructura de hierro y obra vista de 1888. Y hasta hoy no había advertido que arriba hay otra planta con un supermercado enorme de Abacus(cooperativa de libros y juguetes). En un barrio de origen obrero la cooperativa encaja perfectamente en el entorno, hasta el punto de camuflarse.