Cuántas veces habré comprado aquí comida preparada! Todo un clásico en el barrio que ofrece desde pollos a l’ast hasta croquetas, paella, fideuá, habas ala catalana, merluza, etc… Gran variedad de platos preparados para llevar o para tomar en el local. Puedes comprar lo que te apetezca por separado o bien tirar de los menus diarios en oferta que tienen. El pollo a l’ast que dan, no es mi favorito, considero que en otros sitios lo venden más jugoso y sabroso, sin embargo las croquetas de bolets son muy muy buenas. La calidad de la comidad no es discutible, está simplemente buena, no es espectacular salvo algunos platos pero ninguno de los que he probado puedo afirmar que esté malo El fin de semana se forman grandes colas para comprar pollos sobre todo ya que es lo más recurrido. El personal que atiende es muy correcto y agradable. Mi puntuación es 3 * pero lo estiraría si se pudiera a 3,5 *
Ana J.
Évaluation du lieu : 4 Barcelona
Por el nombre no se diría que es una tienda de bicicletas. El pollo aquí es el rey y los domingos se pone la cosa como si esto fuera la Guerra Civil. Las colas para comprar un pollo«a l’ast» llegan hasta lo más profundo del Eixample dret y se extienden por los albores de la Barcelona modernista. Somos así de agonías con el pollo. De lunes a viernes, Pollbò sirve comidas preparadas en un menú que no llega a los 10 € y que acepta tickets restaurante. Una vez me encontré uno por la calle y lo usé para cascarme un menú de esos. Me salió gratis y me supo aún mejor. Lo más recomendable del lugar, al menos para mí, son las croquetas de setas que preparan. Por menos de 1 € puedes comerte una croqueta de tamaño decente y orgasmar culinariamente. Os recomiendo sólo una, porque si empiezas eso es como las pipas, que no acabarías nunca. El servicio es bastante atento y majo, menos los domingos, que la cosa se vuelve un estrés y el tema de coger numerito para comprar un pollo es bastante coñazo. Las colas en sí ya lo son, así que imaginaos el añadido de gente con hambre y pocas ganas de esperar… Recomendable para los que no quieran cocinar en su puñetera vida.