El Pont del Bisbe es uno de esos rincones de postal, que terminan de conferirle al casco antiguo de Barcelona su aspecto de genuino casco antiguo de ciudad histórica. Sin embargo, lo cierto es que este añadido arquitectónico de estilo neogótico, que une el Palau de la Generalitat con la Casa dels Canonges, tiene menos de cien años de antigüedad. Para más señas, fue construído en 1928 por el discípulo de Antoni Gaudí. Además de su interés estético y arquitectónico, al Pont del Bisbe lo envuelve también cierto encanto sombrío y malrollero. Para experimentarlo, sólo hay que fijarse en la calavera. Pasa por debajo del puente y dirige la vista hacia el cénit. Ahí está. Una hermosa calavera humana atravesada por una daga. ¿Qué hace ahí? No tengo ni idea. Pero quizá debí advertirte de que corren ciertas leyendas macabras sobre ella antes de que le echaras un vistzao. Espero que no seas una persona supersticiosa, porque no le quiero mal a nadie. Por supuesto, se dice que trae mala suerte, que te aleja de la ciudad para siempre o incluso que provoca la muerte. Pero tranqui, para todas las maldiciones absurdas siempre hay un remedio igual de tonto. Así que para librarte del peligro sólo tienes que la tortuga de piedra que hay en el buzón del archivo histórico, que también está por ahí cerca.