Sant Andreu Teatre

Teatro más conocido con el nombre de «SAT».
Es un teatro «a la italiana», de los de toda la vida, con un solo frente ante el escenario. Las butacas son muy cómodas y hay buena visibilidad desde cualquier punto del auditorio.
Pero aun siendo de lo más convencional, me dejaron sorprendida algunos detalles que el SAT prepara para hacer que la experiencia de ir al teatro sea más especial. Sólo llegar nos encontramos con una barra con porrones de vino dulce, galletas y pastas, por lo que estuvimos diez minutos en el vestíbulo charlando, bebiendo y picando un poco. Al finalizar la función tuvimos que volver a pasar por el hall, y flipé al ver que que habían preparadas ensaladas de rúcula con queso, pipas y tomatitos cherry, así como varios tipos de aliño (mostaza, aceite, salsa cesar…) y vino tinto para beber. Todo ello por ir a ver una obra que compramos a través de
por 8 euros! La verdad es que la experiencia estuvo muy bien :)

Un día participé en un diario de la ciudad en un concurso de fotos y gané un par de entradas para ir a un espectáculo a este teatro. El teatro en sí no está mal, es pequeñito y de barrio. La experiencia en sí no fue muy buena la verdad. El público en sí, era un público adulto. Mucha gente mayor. No te imagines un Teatro con onda. Nah. El show no fue para mi agrado y menos aun lo ví con otros ojos al Teatro. A mi gusto le falta un poco de vida. Había mucho silencio. No parecía un día de fiesta o de espectáculo. Lo viví como con el volumen bajo. No se, no me gustó. Quizás esté destinado a gente mayor y es por eso que yo no cuadraba o bien que los habitués son gente del barrio. En fin. No lo sé. La iluminación desplegada en el espectáculo escasa. Estaba en primera fila y al abrirse las cortinas se vino una especie de oleada como a viejo. Pequeños detalles que hacen el tooooodo. Voilà!