Takashi Ochiai

Small and overpriced. The three stars go to the tasty green tea cake, matcha latte and red bean mochi that I tried. The staff was nice but slow. Nothing much to say about this place. I guess I’ll have to go back and give it another try since most of the reviews are five stars.

Pastelería japonesa, con zona de degustación, que goza de muy buena fama en Barcelona. Seguramente soy injusta con la puntuación, pero no puedo hacer una reseñà basándome en todas las críticas positivas que tiene e ignorando que las veces que he ido, lo que he probado no me ha entusiasmado (a excepción honrosa del mochi de fresa, del que hablo más adelante). Imagino que es debido a que los dulces japoneses tienen texturas y sabores a los que no estoy acostumbrada, y tampoco ayuda que no sea muy amiga de los tés, porque muchos de los pasteles que tienen llevan como ingrediente matcha (té verde).
Algo que certifica que la fama del local es merecida y que el «problema» es mi paladar, es que en mi última visita había un par de mesas ocupadas en su totalidad por japonesas, lo que dice mucho a su favor. De hecho, hasta compraron pasteles para llevar.
Cuando hace años ví la película «Mapa de los sonidos de Tokio», me quedé con muchas ganas de probar ese pastelito de fresa que la protagonista comía a todas horas: mochi se llamaba. No se como será en otros sitios, pero tengo que decir que aquí es exquisito. Eso sí, hay que ir con el bolsillo preparado porque el mochi es pequeño y tiene un precio de 4 €. En líneas generales todas las porciones son pequeñas y caras.
Como curiosidad para los que veían Doraemon, decirles que aquí encontrarán el postre favorito de éste, el dorayaki. Y para aquellos que, como yo, no sean muy aficionados a la repostería japonesa, comentarles que aquí también hacen repostería tradicional. De hecho, Takashi Ochiai ganó el concurso Mejor Croissant Artesano de Mantequilla de España 2013.

Staffs are helpful and the smoothies are good, i like the green-​tea mochi and cakes :)

Japóóóóóóóónnnnnnnnnn!!!
Efectivamente, hoy un japonés, pero no un restaurante para comer sino una tienda de postres típicos japoneses. Si os gustan los mochis tenéis una visita obligada, aunque no solamente tienen nochis ya que encontraréis un montón de alternativas de las que no escribiré el nombre porque me vais a atacar por inepto.
Ahora bien, todo lo maravilloso que tiene también lo tiene de caro. Id con vuestra tarjeta black y con fondos públicos porque no daréis abasto.
¡A disfrutar!

They have best cruzan in the city. Especially the green tea one. It’s Japanese and Spanish max style.

I really like this place, the croissants and desserts are really good. The place is small but comfy. Maybe a little pricey for pastries but they’re worth it. Also it has a variety of japanese pastries which look as good as everything else.

Pricey but good. One of the few good Japanese pastries in town. The place is small but nicely decorated. It has Japanese magazines if you want to pass the time reading

Hard to find Japanese pastry in the area, but quality/​price is not exactly stellar. Worth the ocassional detour.

Están ricos los postres son de te verde con un kilo de azúcar más que nada, no son 100% japoneses, aunque eso nos quieran hacer creer, pero si es obligatoria esta parada el batido de te verde obvio con leche de soja.
La relación precio — producto deja mucho pero mucho que desear, el servicio es excelente.
Hay cursos de cocina carisiiiimooooos!

When all conversations cease upon the arrival of steaming café con leche, cappacinos, and plates of perfectly goldened croissants, you know you’ve stumbled upon something unique.
At Takashi Ochiai, the croissant crumble into a thousand pieces with each bite, tantalizing one’s every taste bud with buttery essence. What is left is an expression of pure ecstatic enjoyment. Not only are the butter croissant delectable, there are other fanciful creations to be had, including chocolate, mango and yes, green tea croissants made with macha tea imported from Japan. Owner/​pastry-​chef Ochiai has gone further to delight with his hand-​made moichi desserts, a perfect fusion of east-​meets-​west in technique and taste. The soft rice-​flour covering conceals — albeit only temporarily — mouth-​watering fillings of strawberry, red bean paste, and other pleasing ingredients. Even the drinks are noteworthy. The orange juice is skillfully extracted from sun-​ripened oranges, and strained of all intrusive fiber. In short, liquid sunshine superior to its everyday version served elsewhere. Chocoholics will be delighted with freshly made chocolates exhibiting creative play, including a one-​of-​a-​kind green-​tea truffle.
All this and much more is to be enjoyed in a contemporary yet comfortable upscale setting, with gentle lighting, and a dichromatic décor. Ochiai, sporting a friendly smile and his lovely and humourous wife often bustle between the front parlour and the kitchen in the back, greeting regulars and welcoming new patrons.
Just another patisserie? Nay. It is no less than an urban oasis whose croissants have won «The Best in Spain». And on weekends, do come in a tad earlier for your special treats. They have a way of flying off the shelves in a jiffy!

Me encanta este sitio! Es un sitio unico en Barcelona donde sentirte por unos instantes «solo con los sentidos» que estas en Japon.
Un sitio donde ponen corazon y alma en todos sus productos y puedes saborear la autentica reposteria Japonesa!

Friendly service. We went on a Sunday around lunchtime because most places were closed.
Green tea daifuku (around € 4) — 2 stars. Too thick mochi layer. Neither of us wanted to finish this, and we both love green tea & mochi.
Green tea Valrhona white chocolate bar (around € 4) — 2 stars. The chocolate seemed old due to discoloration on the underside of the chocolate.
Green tea bonbons (around € 7 or € 70/​kg) — 2 stars. Inside tasted of vodka or some liquor.
Better places to satisfy your sweet tooth craving and at cheaper prices too.

Probablemente lo único que conozcas de la pastelería japonesa sea el mochi, que es el postre que solemos encontrar en los restaurantes japoneses, pero la pastelería nipona es esconde mucho más.
La pastelería japonesa Takashi Ochiai es el mejor ejemplo, la mejor embajadora de la pastelería nipona en Barcelona.
Su escaparate es una explosión de color dominada por el verde del té matcha, un ingrediente por el que apuestan desde en sus bizcochos hasta en el té.Los dulces tienen texturas que se salen de lo habitual y son sabores diferentes a los que no estamos acostumbrados.
Merece la pena acercase a esta pastelería para probar una merienda diferente. Prueba su té marcha, sus dorayaki (bizcochito relleno de una pasta de judía roja) o uno de sus famosos mochis. Te recomiendo el mochi de té verde, Riquísimo y muy suave!

When you’re in Spain and looking for some Illy’s, this place has got it. The Japanese owners provide you with great coffee and pastries. It isn’t cheap but most Japanese places aren’t. What you pay in price is given to you in quality. This coffee place was near our hotel so it was a daily trek for a few days there. Vacation coffee always tastes better, doesn’t it?

The croissant I had here was one of the best i’d had. I won’t be making this place my regular because the prices are a bit higher than average, but I’ll definitely be back. They make green tea flavored milkshakes! And green tea chocolate! And green tea macaroons! And being the sucker for a novelty I am, this is something I simply have to try. Come here if you’d like to go to a patisserie with a difference.

Ahora que todo el mundo parece que se queja de que los cupcakes están de capa caída (not me ¡que a mí me siguen encantando!) pues igual es hora de buscar alternativas más…erm…¿exóticas? ¿bonitas? ¿originales? Bueno, pues a todos esos detractores de las magdalenas con peluca o aventureros del dulce les aconsejo que asomen el morrete por la pastelería-​cafetería de Takashi Ochiai y quedarán satisfechos. 100% guaranteed.
Conocí el sitio gracias a las recomendaciones de Unilocal y, viendo que la destacaba alguna de mis Unilocalers favoritas con una historia preciosa, enseguida la puse en mi lista de Favoritos pendiente de visita.
Llegamos temprano. No estaba abierta. Dimos una vuelta a la manzana. Volvimos. Y ya estaba llena. En la entrada te reciben dos cámaras repletas de delicias vistosísimas y prometedoras, dulces elegantes y elaboradísimos que te susurran «» (perdón si no es correcto, lo he encontrado en un foro de japonés para hacer la coña :P) .
La cafetería es un peliiin disappointing. La decoración es simplona, quizá debido al poco espacio –es un pequeño y estrecho pasillo — pero supongo que lo que importa en este caso es el contenido: el café está bien bueno, sirven una variación de té verde con leche en formato capuccino muy llamativa y sí, los dulces son una pasada. Pelín cara, pero una vez al año, ya se sabe…

Hace años tuve unos vecinos japoneses. Cuando los conocí ella estaba embarazada. Un día subió a mi casa. Me contó que se había enterado que esperaba una niña y venía para decirme que cuando nos encontrábamos en el ascensor, se quedaba encantada viendo a mi hija, que entonces era pequeña aún. Tanto, que quería pedirme permiso para llamar a la suya igual: Anna. Me quedé estupefacta. Y honrada. Y, por supuesto, le dije que no me importaba lo más mínimo. Se fue y al rato, subió su marido con una bandeja de dulces. Esa fue la primera vez que probé algo de Ochiai.
Anna nació. Creció. Fue al cole. Y cuando tenía algún problema con el catalán, su madre subía a mi casa para pedirme ayuda. Y después, siempre aparecía el padre con la consabida bandeja de dulces japoneses.
Me contaron que la pastelería era de un japonés que se había casado con una catalana y habían fusionado culturas y bombones. La mezcla es explosiva y acertadísima.
Cuando la conocí, aún estaban en la calle Urgell, en el localito que hoy es su almacén. Como a la niña, los he visto crecer, aprender, mejorar…
Ahora ocupan una esquina, con terraza en la calle, donde antes estaba un estupendo local de bocatas «ilustrados». Se llamaba «El Paraíso». Parece que la esquina está predestinada a serlo.

Hay un lugar en Barcelona ideal para todos los amantes de los dulces y al mismo tiempo de los sabores japoneses.
Es esta pastelería-​cafetería, que sorprende por los colores, olores, sabores de sus pasteles y por su exquisitez!
El creador de todas estas delicias es un pastelero japonés, que sabe combinar a la perfección las materias primas de la pastelería japonesa, como soja roja harina de arroz y té verde, con ingredientes de la pastelería europea y española.
Así que entre el vasto surtido de pasteles, podéis probar los mochis de fresa o chocolate, los pastelitos de sake, las magdalenas de té verde, los brownies especiales, bombones de chocolate… y muchísimo más! Guiaros por vuestros sentidos!
Las chicas que atienden son muy amables y, aunque la pastelería ofrezca un producto especial y japonés, tanto ellas como la mayoría de los clientes, muchos del barrio, son catalanes.
Nota: por las mañanas ofrecen desayuno a 3.50 euros, combinando el pastelito del día con café o té.
Mi preferido: croissant de almendras con té verde.

Si tienes una cena o comida y te han encargado llevar el postre, no lo dudes y acércate hasta aquí, quedarás como un señor/​a de gusto exquisito. Takashi Ochiai, el dueño, llegó a Barcelona en el año 80 y abrió esta pastelería de especialidades japonesas (aunque también ofrecen productos tradicionales) que desde hace poco cuenta con un espacio de degustación al fondo del local o en la terraza en pleno chaflán Urgell — Concell de Cent. Uno de los pequeños lujos que me concedo siempre que puedo es el de ir a desayunar un domingo allí, a última hora de la mañana con el sol pegando de pleno en la terraza, y saborear un té verde acompañado de un dorayaki (pastelito de soja confitada). Todos los dulces que he probado son absolutamente deliciosos y también muy pequeños, siempre te quedas con ganas de más. Es un lugar caro, sólo apto para bolsillos solventes o para darte un capricho.