Gin Lane

La situación del local lo hace muy agradable y céntrico. En la confluencia de Gran Vía con la Alameda del Doctor Areilza, el Gin Lane es un minúsculo y coqueto bar del que destaca su terraza y el mimo que le ponen a la misma. No solo porque las mesas tengan un pequeño mantel y cierta decoración, o que esté cubierta y cuenta con calefacción, tambíen ayuda que en invierno pongan mantas en las sillas por si tienes frío.
Como digo, el local es minúsculo, no caben más de cinco o séis personas dentro y ya se estaría incómodo. Aún así es un lugar que merece la pena. El producto es bueno, aunque se distingan por los gin-​tonics (el de la casa está por 6’5 €), también sirven un buen café. El otro día me animé a pedir uno con hielo y, para mi sorpresa, la camarera lo hizo en coctelera y servido en copa con un poco de azúcar ya incluido.
Como digo el servicio es exquisito y no tan caro como puedas pensar para el sitio que es y el mimo que le dan al cliente.