Bar restaurante de barrio con una fama que le precede como especialista en carnes a la brasa. Lo cierto es que aunque no se come mal y los precios no son caros, no lo veo tampoco nada del otro mundo. Tiene una amplia terraza que es cubierta cuando el frío o el mal tiempo se echa encima, suele haber bastante sitio. Ya había ido en otras ocasiones de tapeo o cerveceo, pero ésta es la primera vez que iba a comer con unos amigos; la verdad es que noté un relativo descontrol con el servicio de camareros, las cosas iban llegando con cuentagotas y en dos ocasiones nos hicieron recoger la carta de nuevo porque de lo pedido y anotado anteriormente ya no quedaba en la cocina. Prefiero quedarme con la buena imagen del tapeo con amigos que la del otro día para almorzar. Para lo primero, lo recomiendo si tienes ganas de charlar reírte y ver el fútbol.