Una discoteca enorme, no muy lejos de la playa de Gandía y al lado de otras de la misma empresa, con una zona exterior preciosa llena de palmeras, cascadas y laguitos, con sofás para sentarse. Los camareros que me atendieron fuera eran muy simpáticos, los de dentro no tanto pero estaban muy saturados. Tienen un fotógrafo que va haciendo fotos a los grupos y luego las suben a su Facebook. El alcohol no es de lo mejor que me he encontrado y la música no es mi estilo, pero aun así es un buen sitio para salir por Gandía. Entrada y dos copas nos costó 12 €.