Este pequeño local, de ambiente acogedor con sofás, es ideal para ir de merendola con los amigos. Se me hizo un poco tarde para hacer una de esas meriendas de las buenas(de esas que dan con la operación bikini al traste en un momentito pero que merecen la pena) y sólo puedo hablar de los zumos naturales y recién hechos que es lo que probé. Pedí uno de kiwi, melón y piña. Buenísimo y muy fresquito, así que de cara a los calores que se nos avecinan, una muy buena y sana opción para refrescarse. Además tienen terraza ubicada en una plaza peatonal, así que a disfrutar del sol! No descarto volver prontito para probar esos creps de la carta que tenían una pinta estupenda y que por el olorcito que hacían…mmmmmmmm.