Toda una experiencia gastronómica en un entorno agradable, elegante e informal a la vez. Pedimos para compartir una burrata con cecina y tómate aliñada con una vinagreta, una de morcilla y un tartar de salmón y aguacate. La burrata estaba excelente y la morcilla tenía una presentación tan buena como su sabor. El tratar era un poco más vulgar, pero estaba rico. Para rematar la faena unos postres de lujo: la pecera de Miguel y una relectura del brownie clásico para sacarse el sombrero. Toda una experiencia para los sentidos. Y por si eso no fuera poco puedes acabar saboreando el café en su espléndida terraza.
Sara B.
Évaluation du lieu : 4 Madrid
Me lo recomendó una amiga leonesa para tomar una copa con amig@s, y la verdad estuvo muy bien. Si bien es cierto que parece que está escondido logramos dar con él, y es curioso porque en la puerta hay un portero como si de una casa se tratara y accedes a la azotea a través del ascensor. Tiene una parte de terraza muy grande y aunque nosotras fuimos de noche y se apreciaba león nocturna, estoy convencida que por la mañana las vistas panorámicas se aprecian mucho mejor. Nosotras valientes salimos fuera un ratin, pero la valentía nos duro poco y preferimos meternos dentro para disfrutar tan ricamente de la copita de gin(a 8 €) acompañadas de chuches y salados. El servicio encantador con un vestuario un tanto particular(llevaban tirantes y estilo ingles) y aunque fuimos para tomar una copa, también hay restaurante.