Yelpers en conserva @ Taberna La Lata de Sardinas

¡La verdad es que estábamos todos como sardinillas! Pero no me extraña, nadie se quiere perder los eventos… ;) La Lata de Sardinas es un sitio pequeñito pero muy resultón a la par que sencillo y sin pretensiones, y la comida estaba bastante bien, pero lo que más me gustó fue el pollo, por eso de que soy misófita, jejeje… El postre también estaba muy bueno, si bien me pareció demasiado dulce. La carta que tienen no es amplia en exceso, pero tiene más o menos para todos los gustos, y a veces se pueden pedir medias raciones. En este evento en concreto, quizá sea solo una percepción, pero parece que en comida se quedaron algo cortos, al menos yo no pude probarlo todo (me faltaron las costillas). A los chicos que lo llevan se les ve muy majetes, y a pesar de petarles el local, estaban bastante atentos, al menos el que andaba detrás de la barra.
Y todo quedó coronado con unas tartas de Celicioso, cosa que me gustó, ya que he leído mucho del lugar pero nunca he estado ni probado nada. Lo cierto es que para ser tartas aptas para no tolerantes de ciertos ingredientes estaban bastante logradas.
En definitiva, otro acierto más de Unilocal Madrid. ¡Enhorabuena una vez más, bosses!

Llego tarde a comentar el evento y, por ende, es poco lo que puedo agregar a lo ya dicho. Sin embargo, trataré de reflejar aquí la singularidad de mi experiencia.
En primer lugar, tengo que decir que he disfrutado como enano de este encuentro, porque pude hablar con Unilocalers con los que no he tenido tanto trato, como Lorena M, Raquel T, Pablo C y Martin S. Y todos los +1, por supuesto. Creo que compartimos un momento de cordialidad y buen trato.
También pude conocer a mi paisano, Carlos Alberto R, a quien tengo que llevar a comer a un par de sitios en Suanzes. No podían faltar en esta reseña Joy F, Maricarmen G, Ana H, Javier R o Juan D, con su característico ‘saber estar’.
Nada que reprochar a los camareros de La Lata de Sardinas, que estuvieron dispuestos a contentar a un grupo tan heterogéneo como el de los Unilocalers, a pesar de que no tuviesen ni un respiro.
En cuanto a la comida, el salmón con mango tenía un punto, las gyozas con salsa Hoisin estaban bien, sin mayores aspavientos; las croquetas de mejillones no sabían mucho a mejillones pero tenían buen gusto, las costillas me parecieron deliciosas y el pollo crujiente soberbio. Algunos hemos intentado descubrir la receta del pollo, pero nos ha sido imposible… al menos por ahora. Tenemos que volver al lugar para intentarlo.
Los postres merecen mención especial, tanto el sobao borracho o pa’ ciegos –como les he propuesto que lo llamen-​, así como la tarta de plátanos de Celioso, una de las mejores que he probado en Madrid.
Como siempre, muchas gracias a Lolo y a Cris, que hacen un enorme esfuerzo para agradar a todos los Unilocalers, hasta enlatarnos con lo más granado de este sitio.

Feliz, FELIZ como una perdiz estoy de haber asistido a este evento. Y es que hay que ver, cada día espero más ansiosa para ver cómo va a ser el siguiente, ¡y nunca me decepciono!
Si esta vez el encuentro fue un poco más modesto en cuanto a la variedad de establecimientos locales que participaban, no por ello fue peor, ni mucho menos. La lata de sardinas me pareció un lugar encantador. Ya de primeras, me parece un alarde de buen rollo tener un negocio tan chiquitito e ironizar sobre ello al decidir el nombre que va a llevar. Y esa actitud se extrapola a todo lo que hacen allí. Los dueños me parecieron geniales, ¡majísimos! y es que daba igual que el local estuviese a petar, que Alex no perdió la sonrisa ni medio segundo.
Poco puedo añadir ya sobre lo que se ha dicho en cuanto a la comida. Como Alex dijo, hicimos de conejillos de indias y nos dieron a probar sus nuevos experimentos… y oye, desde aquí quiero avisar que, si este es su nivel cuando hacen pruebas, ¡me ofrezco a catar lo que me pidan! Me pareció buenísima la idea de hacer una croqueta-​mejillón tigre para evitar la molestia de la concha, aunque tengo que reconocer que hasta que no me lo contaron no adiviné de qué era, torpe de mí. Y mi gran descubrimiento salado de la noche sin duda fueron las costillas. Qué puedo deciros… ¡me parecieron riquísimas!
En cuanto a los postres… madre mía. Por lo que leo, creo que me perdí lo mejor: esa torrija-​dulce de leche borracha. Pero no pasa nada, porque no se puede estar en misa y repicando, y a mí el momento torrija me pilló con las manos en la masa, literalmente, saboreando una tarta de plátano maravillosa de Celicioso, el segundo descubrimiento de la noche.
Así que ya tengo un sitio al que volver, y otro que ir a descubrir. Hay que ver estos eventos… vas un día a tomar una copa, y sales con la agenda llena :)
Una vez más, ¡enhorabuena!

Qué tenéis los Unilocalers, que cada vez que voy como +1 me acabo sintiendo una más. Gracias por todo: la comida, la bebida, el sitio, el buen rollo… y sobre todo la compañía. Poquito puedo añadir a lo que ya habéis dicho. Volveré a la lata de sardinas, eso es seguro. Y seguro que nos encontramos en algún nuevo evento de los que ya no me quiero perder.
¡Enhorabuena!

Mi madre siempre me ha dicho: «Es de bien nacido ser agradecido», y agradecido estoy a Unilocal por todos esos eventos a los que me invita simplemente por que ellos son así. Las fiestas son muy variadas, y hay fiestas espectaculares y fiestas más discretas, yo en todas me lo paso bien y más si me invitan a beber y a comer, que hoy en día eso no se estila mucho. Lo que veo que si se estila es ir a comer y beber gratis y luego criticar. Este post esta dedicado a esa gente que hace que salga de casa y que además no me gaste ni un duro. A los camareros que estaban bastante buenos y que el concepto de bar me encanto, un sitio pequeño, pues vamos a reírnos un poco de eso y llamarlo lata de sardinas: D
PD.: Las costillas exquisitas

Ufff, qué agregar? Qué cuando las cosas se hacen con corazón, todo lo demás es anécdota, si a eso le sumamos la profesionalidad, es historia…
Felicitaciones por que otra vez lo habéis logrado, lo acogedor, el buen rollo, las risas, las cosas ricas, la buena gente que seguimos conociendo, el buen vino, etc!!!
P.D.: Ainsss, que agri@s se vuelven algun@s cuando se van haciendo mayores…

Creo que debo romper una lanza a favor de La Lata de Sardinas cuando escucho y leo comentarios sobre lo pequeño que es el local y lo «agobiados» que estaban los camareros, cosa que no noté en ningún momento.
Albergar un evento Unilocal es siempre un reto. Somos muchos, llegamos todos juntos y hay quienes se toman su labor de crítico Unilocal demasiado a pecho.
Yo vi el local muy entrañable, con una luz ténue que invitaba a la conversación (y eso que yo iba más sola que una sardina deslatada) y una zona despejada de muebles para que estuviéramos más anchos y tranquilos. Si bien es cierto que no todos los platos llegaron a todos los rincones, también es cierto que tenemos unas bonitas piernas que nos permiten movernos por el local probando los bocados que muy amable y deliciosamente sacaban de la cocina.
Un evento gratuito para todos los élites que hay que saber apreciar y sobre todo, agradecer.
Lolo y Cristina ya me han demostrado que a los eventos, además de a comer y beber (que no todo en la vida es eso), se va a conocer gente, a relacionarse y a hacer nuevas amistades. Así que para mí, el objetivo está más que cumplido.

Bueno, a ver cómo me explico o me hago entender.
Vaya por delante mi opinión del evento de ayer. Ciertamente, y en comparación con la mayoría de los los otros eventos élite en los que he estado, este se ha quedado un poquito más corto que el resto. Lo que en ningún caso quiere decir que estuviera mal, porque no lo estuvo, pero sí que algunos aspectos podrían mejorarse. Estoy de acuerdo con que el local estaba un poquito desangelado (en decoración propia del local, no específica de Unilocal,aunque evidentemente entiendo que su configuración habitual no es como la vimos ayer) y también lo estoy en que la comida tardó demasiado en salir. Pero no estoy de acuerdo en nada más de las críticas negativas vertidas sobre el evento que con tanto cariño volvieron a montar Lolo y Cristina para nosotros en el día de ayer, de la mano de los chicos de La Lata de Sardinas. Estos son algunos de los pensamientos que me vienen a la cabeza.
1. La atención por parte del personal fue la adecuada. No cabe duda que los dos camareros estuvieron a tope todo el evento, pero yo jamás tuve que esperar más de 2 minutos para que me rellenaran la copa de vino, rico y abundante, ninguna de las veces que pasé por la barra, barra que por cierto tiene un tamaño más que adecuado para las dimensiones del local. Además, y de forma específica, a mí me atendieron de forma encantadora y con una sonrisa siempre. Que no se nos olvide que venimos a un evento que monta un pequeño negocio local con medios limitados y con no poco esfuerzo, no una fiesta que una multinacional monta para sus clientes y empleados con unos milloncetes que le sobran.
2. La comida tardó en arrancar y tampoco fue una delicatessen, sí, pero en ningún caso fue escasa, especialmente después del desfile de postres deliciosos con los que nos obsequiaron, que no solo pudimos probar todos, sino que de hecho pudimos repetir. Mención especial a los sobaos borrachos y a la tarta con plátano. Si la comida salada no fue nada del otro jueves, los postres sí que lo fueron.
3. Si en efecto los camareros no pararon intentando atendernos a todos (tampoco creo que fuese necesario tener a más gente sirviendo allí), no veo absolutamente nada de malo en que las bandejas de comida se dejen en ciertos puntos estratégicos diseminados por el local. Como si los dejan todos en las barras, ya ves tú que problema. Si quieres picar algo, pues te acercas y lo coges, que tampoco pasa nada por moverse un poco, que no estamos en una boda. Ahora mismo me viene a la cabeza un Evento en la Gloria en el que la comida se quedaba en las barras y no la pasaban camareros uniformados y a nadie le pareció mal. A veces se nos olvida que a lo que vamos en eventos de este tipo es a conocer los sitios, a hablar entre nosotros y a hacer UNA DEGUSTACIÓN de la comida que se sirve en el local a modo de aperitivo, no salir de allí cenados con la barriga hasta arriba. Si el objetivo fuese CENAR no nos citarían a las 20:00 h, sino a la hora de la cena española, es decir, 21:00 o 22:00. Si en otra ocasión en efecto hemos salido rodando de comer y beber, suerte que tuvimos en esa ocasión, pero la realidad es que el enfoque es el de que esa vez fue un evento especialmente bueno, no que éste haya sido especialmente malo
No niego que me duele reseñar aspectos negativos de los comercios, y mucho menos aún los relativos a los Eventos a los que NOS INVITAN, precisamente por eso, porque estás invitado, pero también es cierto que la credibilidad de un Unilocaler pasa por intentar mantener cierto criterio y señalar las cosas mejorables igual que se ensalzan las excelentes. Lo que sí tengo claro es que hay formas y formas de hacerlo, y hacerle según qué comentarios a Lolo en pleno evento cuando aún faltaba LA MITAD de tiempo para que finalizara según el horario programado, desde luego no es la adecuada ni la educada. Me tuve que morder la lengua cuando oí que se le echaba en cara a Lolo que algunos Unilocalers se iban a cenar a otro sitio porque no cazaban nada. Argumento que podría tener algún sentido a las 23:00, pero no a las 21:00, y que en cualquiera de los casos es de todo menos elegante. Y ya con el «anda que no me voy a reír haciendo la crítica» me quedé de piedra. Vaya un comentario fuera de lugar para decirle a tu anfitrión en medio de un evento al que has ido invitado.
Resumiendo; cada uno es muy libre de tener su opinión sobre las cosas y de verterla cuando le dé la gana, pero quizá tendríamos que reflexionar más antes de hacerlo. Las críticas constructivas son importantes y necesarias sin duda, porque son un motor para la mejora continua, pero las destructivas hacen eso, destruir; No se mejora nada y crean ambientes tensos y desagradables, como el que tuve la poca fortuna de tener que presenciar ayer.
Gracias Lolo y Cristina por contar con nosotros otra vez y espero vernos muchas más veces en eventos de 2014!
P.D: ¡No escatiméis en globos de helio! ¡Nunca son suficientes!

Me temo que anoche fui con demasiadas espectativas y salí bastante frustrado. No es que el local en si tuviera nada malo, salvo la carencia de mesas, rinconeras, aparadores… que no logro explicarme en un sitio donde se sirven comidas.
En mi opinión, no estaban preparados para acoger un evento con tanta gente. Las tapas no empezaron a circular hasta media hora después de empezada la velada (en un evento que solo iba a durar dos horas) y, en vez de mover las bandejas por entre la gente el camarero se limitó a dejarlas en dos esquinas del sitio, haciendo que todo el mundo se amontonara, algo que me resultó muy agobiante.
Por otra parte en la hora y media que estuve ahí sólo conseguí probar una guiozá (empanadilla al vapor de verduras) que no me pareció nada del otro jueves y una croqueta de… nada. No fui capaz de averiguar de qué era porque solo encontré bechamel. Buena bechamel, eso sí.
Creo que los encargados se vieron sobrepasados y se notaba. No es posible atender a 40 personas con solo dos. La barra estaba vacia la mitad del tiempo y a ellos se les notaba agobiados.
Ignoro qué más sacaron, vi unas latas vacías pero no llegué a probar el contenido de ninguna. Me fui cuando aún quedaba media hora así que es posible que la cosa mejorara. Si fue así, está claro que hice mal en irme, pero me sentía incómodo, literalmente como indica el nombre del local: en una lata de sardinas.

Muy conforme con el primer evento del año, aunque tendré que volver al sitio, porque creo que con tanta gente no se pudo lucir bien (aunque el camarero aguanto muy bien el sobre-​éxito de la noche).
La comida no me mato, pero es que no soy de croquetas ni pollo crunchy, y las empanadillas me parecieron sólo aceptables. Pero el vino y el sobao-​torrija mejoraron mucho mucho mi impresión. Y bueno, la tarta de Celicioso me dio ganas de ser celiaco de vez en cuando.
Y el que el grupo fuera más pequeño que otras veces creo que facilitó el poder relacionarse con más gente. Qué mejor que en el primer evento del año se pueda conocer a nuevas personas con las que quizá se coincida más adelante.

Ya se me había hecho larga la espera desde la última fiesta Unilocal.Desde que me perdí la fiesta de temática marinera me he jurado que eso no podía volver a pasar. El título tenía su intríngulis pero estaba bien elegido ya que la taberna era un sitio que era límite para la cantidad de Unilocalers animados que se habían presentado y aparte del espacio era la acústica que me causaba problemas. (En estas ocasiones todavía noto que no soy «native speaker»).
Pero la compañía, el verdejo y la sucesión de platos eran todo un éxito. Para dar una opinión más objetiva del local tendré que volver otro día y ver como se recibe ahí en ocasiones cotidianas.

Un nuevo evento Unilocaler para el recuerdo y no sólo por el chorreo de comida y bebida sino por lo majísimos que son Lolo y Cristina, ¡que nos tienen a todos entre algodones!
Andaba yo intrigada por eso de la lata de sardinas, con eso de que estaríamos todos arrejuntaítos (a más de uno creo que le hubiera gustado hasta estarlo más), pero ni mucho menos. En mi caso, estuve de lo más cómoda en mi trocito de tierra iluminado por esa luz tenue.
Sobre el local, me quedo con las ganas de verlo con las mesas puestas y en funcionamiento normal, aunque la verdad es que me pareció un poquitín sosito. Lo dicho, ningún problema, me planto allí a tomarme uno de los tintos con limón que servían en esplendorosos vasos grandes y se soluciona el problema.
La comida me pareció riquísima (cosa harto complicada cuando se sirve a tanta gente), además de amablemente servida (esos dos chicos se lo curraron anoche) y en buenas cantidades.
Mención especial al salmón con aguacate, que se ha ganado un trozo de mi paladar, y a las torrijas borrachas. Me gustaron menos las alitas y las croquetas, supongo que es porque eché de menos un poquito más de salsa. Las gyozas sin la salsa picante sabían mucho más y estaban riquérrimas.
¿Y qué decir del momento tartas de Celicioso? detallazo que Lolo se acordara del cumpleaños del gran Hugo G. y le trajera un cupcake. Amigos Unilocalers, ¡TENÉIS QUE PROBAR ESE CUPCAKE de zanahoria YA! En serio, además de convertirse en mi ídolo, ese cupcake era una maravilla :-)
Gracias nuevamente por la invitación, ¡con muchas ganas de más!

Ay! que yo disfruto a tope con lo que me regala la vida, y éste evento ha sido muy gratificante! Yo no me sentí ni agobiada ni nada, la verdad. Me hubiera gustado algún apretujón más… :) En esa lata aún caben más sardinas!
No paro quieta, así que pude probar las exquisiteces del sitio. Menos las costillas, que me «pillaron» fuera al fresco.
El sobao borracho estaba espectacular. Detallazo el de sacarnos más a los golosos del final. Gracias!
Yo, como «mature», me encontré en un sitio muy acogedor, del estilillo que a mí me gusta. Tranquilito, íntimo, y sobrio. Para mí es un plus.
Las giozas estaban buenas, SI, como el personal. Yo lo comento todo! :)
Y ya para hablar del evento, ha sido un placer poder veros a todos de nuevo. El protagonista máximo Huge S., con ese momento «pollo-​fumo» espectacular! Eres un tesorote! :)
Gracias Lolo y Cris, sois geniales… KTYPA!

Por fin dio comienzo las fiestas Unilocalers :) Que ganas!!!
Iba a este encuentro con curiosidad, ya que durante mucho tiempo viví en el barrio y ese local ha cambiado de dueños y de nombre muchas veces.
El sitio era pequeño, sí, pero no me sentí agobiada ni nada. Lo que vi es que le falta un poco más de toque decorativo, supongo que poco a poco eso irá cambiando.
Los camareros eran muy majos y guapísimos! ajjaaja vaya barbas! Lo que pasa es que los pobres se vieron a tope, pero yo llevaron muy bien :)
Yo me pillé un puntillo con tanta copa de vino, que estaba bien bueno! La comida estuvo muy rica, me encantó los nachos con el salmón y las costillas y el pollo, daría mi vida por ellas, que ricas! La comida que se come con las manos es la mejor!
Eso sí, lo que más me gustó es que Lolo se acordase de escoger un postre sin lactosa que estaba para morirse. Eso sí, que envidia me dio la gente con esos borrachos mitad leche frita mitad torrija, que pintaza!!!
Volveré a probar las cenas porque creo que puede ser un lugar muy agradable para llevar alguien en plan tranquilote!!!

El evento de ayer tuvo una aceleración lenta pero segura. Tal y como las personas que llevan el local nos confesaron al final, se vieron muy desbordados ante nuestra horda y sus planes organizativos originales hubieron de ser rotos en pro de una concordia máxima como la que se alcanzó al final. Esto les servirá de experiencia laboral para el resto de noches en las que se les abarrote el local.
Debido a esta aceleración lenta y a dichos planes organizativos originales, me quedé sin probar el tartar de mango que se sirvió al principio y me hago cruces por ello. Sí probé la gyoza con la salsa nueva que están probando; como gyoza me pareció bien (aún no he encontrado una que se diferencie de todas las demás), pero la salsa no me hizo mucho tilín, la encontré algo insípida. También probé una croqueta de tigre y, sospechosamente, me la comí a pesar de que no me gustan los mejillones y el pimiento me sienta mal.
Sin embargo, mi parte preferida empezó aquí: las alitas y muslitos de pollo con un toque de limón estaban bastante buenas y recién hechas, me desollé el paladar y las encías porque soy un ansioso y ahora jamás podré volver a vocalizar sin dolor, pero que me quiten lo bailao. Y las costillas fueron, para mi gusto, el punto álgido de todo lo que probamos, ¡tuve que comerme dos ante la inacción del personal!
De los postres de Celicioso (
) puedo decir que me parecen acongojantes: si la tarta de chocolate y frambuesa era buena, la de plátano me dejó completamente paralizado y ya estamos planeando hacer una incursión para comprar una entera porque es sencillamente soberbia. En cuanto al postre que sirvieron los chicos de la Lata de Sardinas, me lo comí sin saber realmente qué era porque estaba a medio camino de la leche frita y una torrija, pero estaba bastante bueno también.
Lo único que eché un poco en falta fue un poco de vino tinto, que el blanco no me gusta y la cerveza tampoco, pero tampoco puedo exigir nada, que hay curro detrás de estas cosas y salí con el mismo dinero que entré. Gracias, Lolo y Cris, una vez más; con este evento hemos cogido la velocidad para el resto del año.

Somos una pequeña gran familia, en cada de estos eventos hemos ido creciendo un poquito y eso hace que poco a poco pueda ir confesando alguno de mis mas oscuros secretos, pues bien, de pequeño mis padres no me llevaron a comedor, y así he salido … mas raro que un perro verde, me refiero.
La realidad es que fui a la lata de sardinas con un cierto temor, para que mentiros, no soy un fanático de lo desconocido y si me sacas del 1,2,3 de la cocina tradicional es fácil que me pierdas por el camino. Últimamente y en parte sabiamente obligado por Merche M, estoy abriendo mi paladar a nuevas tendencias y la lata de sardinas es ejemplo de esto, y es que yo, un amante de la croqueta de jamón tradicional, hube de rendirme a la textura y el sabor de las fantásticas ovaladas con las que nos deleitaron los anfitriones.
Cierto es que el resto de platos no me cautivo en demasía, hubo una cierta sensación de desamparo, y que las tres estrellas rondaron mi cabeza en bastantes momentos de la velada, peeeeeeeeero, el espectacular postre ofrecido por la lata de sardinas, un «sobao» que casi me lleva al otro barrio justifica con creces las cuatro estrellas, mas si encima recordamos la superlativas tartas de celicioso, una delicia que repetiré sin duda.
Y ¿qué decir de la compañía? Pues magnífica como siempre, es una alegría volver a ver a todos los Unilocalies y poder pasar un ratico cada mes con todos vosotros.

This event signifies what Unilocaling in Madrid is all about. Getting down to the knitty gritty, going local, mingling with Unilocalers (both old and new) and trying amazing food.
Once again my beloved Lolo, along with the incomparable Cristina, outdid themselves putting on an intimate event that was perfect to begin the year anew with Unilocal.
I enjoyed the personable touches by Alex and Pepe who did the impossible serving up drinks and tasty treats as a two man show. From potstickers, Spanish croquettes, fried chicken wings and the show stopper — ribs, the food exceeded my expectations. And also that of my guest who commented that the staff was friendly and the food even tastier than previous events. What took the cake though, literally, was the dessert. Two cakes: one chocolate, the other banana. Both divine. But my favorite was the French toast specialty. Delicious.
Great way to start off the new year with good food and even better company. Cheers to the beginning of another great year with Unilocal Madrid!

Puede que sea porque es mi primer evento élite, o porque soy de naturaleza agradecida y no puedo escribir mal sobre un acontecimiento lleno de gente agradable y comida gratis, pero el evento de ayer me pareció genial.
Cierto que el local era pequeño, pero no me llegué a sentir incómodo. Cierto que la barra era pequeña, pero había más espacio disponible a dos metros de ella. Cierto que los camareros estaban un pelín desbordados, pero dieron lo mejor de sí y mostraron su mejor cara a un público que saben que les están analizando porque son Unilocalers de PRO. Además, el local se llama «La Lata de Sardina» sabíamos a lo que íbamos. Y me pareció un local muy familiar y coqueto.
En el apartado comida, me pareció más que correcta su fusión de pitanzas del mundo. Las alitas de pollo tenían un rebozado muy crujiente y sabroso, las croquetas, como bien nos explicaron los camareros eran una reinvención del clásico tigre de mejillón pero sin la lata de tener que chupar la cáscara, y me pareció genial, la verdad. Lo mejor del menú, sin duda alguna, las torrijas (que no me escuche Alex) de sobao borracho: muy muy ricas.
En fin, que ha sido una experiencia genial y como para repetir. Gracias.

Mi primer evento como Élite no pudo ser mejor, magnífica compañía y ambiente inmejorable en un local pequeño, pero coqueto. Los chicos que lo llevan se curran mucho, tanto en la barra como en cocina y la verdad es que me sorprendió muy gratamente el nivel de los platos que nos dieron a probar. Como dicen por ahí, me quedo con las ganas de probar más cosas, porque en la carta había auténticas delicias.
Y por si fuera poco, no se me ocurre otra cosa que ir en mi cumple y encima decírselo a Lolo, que me hizo pasar un momento «cara colorada» al hacer que todo el mundo el mundo cantase el cumpleaños feliz y soplase una vela de uno de los mejores cupckaes que he probado nunca, cortesía de Celicioso.
En conclusión, un gran evento, que sirve de pistoletazo de salida a lo que va a ser un gran año, ¡seguro!

Como sardinas estuvimos, y como sardinas nos divertimos. Yo soy de la opinión que a estos eventos se va, principalmente, a relacionarse con otros Unilocalers, poner cara a algunos y descubrir a los nuevos. Se va a degustar la oferta de varios negocios y degustar significa, en este caso, probar un poquito de cada cosa, y a veces no todas, para que te piqué el gusanillo y repitas en un día «normal». No espero salir cenado y suelo ir merendado para que no se me note el gocherío en el caso contrario.
Ciertamente el personal del sitio estaba un pelín desbordado, pero supieron sacar músculo y remontaron hacia el final del evento (¡con cumpleaños incluido!), siempre con un buen gesto y una sonrisa. Así da gusto.
El sitio era pequeño, pero eso no debería haber supuesto ninguna sorpresa ya que se avisaba incluso desde el nombre del local. ¿Y no acaban las mejores fiestas en la cocina? El que fuese pequeño animaba a interactuar más con los invitados y gracias a eso descubrí de nuevo a gente super interesante con la que compartí divertidos momentos — Sí, incluido en momento pollo-​fumo Ana H. XD —
La comida flojeaba en alguna propuesta como las gyozas que ya había probado en otra ocasión, pero era gratamente sorprendente en platos como los nachos con salmón marinado y esa nueva maravilla de la fusión repostera: SOBAO BORRACHO REBOZAO ESTILO TORRIJA. Creo que el nombre es autodescriptivo para explicar lo que supone llevarte uno de esos a la boca: una fiesta en tu paladar.
Gracias de nuevo a Lolo y Cristina por el esfuerzo y ganas que ponen en cada uno de los eventos y ¡feliz año a todos los Unilocalers! (esto se puede decir hasta marzo, según quedamos Cris ;)

Dos inquietudes me reconcomían ante la llegada de este evento: si estaríamos como sardinas en lata y si todas las tapas serían en escabeche, cosa que no hubiera podido soportar.
Afortunadamente ninguno de los dos presagios se cumplieron. Por un lado, he sufrido vagones de metro mucho peores y por otro, cosas como el pollo crunchy (?) y el sobao-​torrija borracho despejaron todos los miedos posibles sobre las tapas en conserva. Sé que he de volver para intentar dar con los ingredientes secretos del inefable pollo crunchy: salsa de soja si, pero ¿qué más? ¿qué es lo que define a su marinada y que es lo que lo hace tan «crunchy»? Como se puede ver he mordido el anzuelo…
Les costó arrancar, pero hay que saber ser indulgente y agradecido; el local está pensado para muchísima menos gente de la que ayer abarrotaba el lugar. Era fácil acabar desbordado, pero sus responsables no perdieron ni el tiempo ni la sonrisa. Las buenas compañías suavizaron algunas esperas y el excelente vino de Rueda hizo el resto.
Gracias por otro gran momento de Unilocalerismo