Quedé con mi mejor amiga y un par de amigos para cenar en la «Panxa contenta», restaurante mítico en Sant Cugat que llevaba funcionando desde hacía un porrón de años, y mi sorpresa fue llegar y encontrarme con un nuevo cartel en el que se leía «Mon Secret», ¡qué fuerte! Solo entrar pude apreciar varios cambios en su terraza, ahora más arreglada y con diferentes espacios. Nos sentamos al fondo de todo en una zona donde habían un par de sofás y butacas con cojines donde se estaba de perlas, y al cabo de un rato pasamos a la mesa. Se respira una atmósfera inmejorable, muy agradable, y quedas envuelto por plantas, pequeñas farolas, velas en las mesas y alguna que otra antorcha, así que imposible un entorno mejor para una noche de verano. En cuanto a la comida, tienen una carta súper extensa, que incluye ensaladas, verduras, pescados, carnes, pizzas… Yo me decidí por una pizza de beicon y huevo frito que estaba de rechupete. Si tienes mucho hambre lo mejor es que pidas algo de entrante porque no es muy grande y la masa es fina. También pude probar las alcachofas y he de decir que estaban tremendas. Los precios muy correctos. Después de cenar volvimos a la zona con sofás del fondo para charlar mientras bebíamos unos gins, así que estuvimos más a gusto que un arbusto. El servicio también fue en la misma linea que todo lo anterior.