Te da la sensación de estar en el salón de una casa. Una amplísima carta de tés variados entre los que está el delicioso té macha japonés(sí, el de la ceremonia del té japonés). La atención ha sido exquisita, al detalle. He tomado un té sencha Sakura y una crêpe de naranja natural. A parte he podido degustar gratuitamente el té de promoción, un riquísimo té rojo de vainilla, que de alguna manera ha logrado llevarme de regreso a Alemania, país en el que viví un año hace ya mucho tiempo. En resumen, me ha enloquecido este pequeño lugar lleno de aromas y detalles. Un verdadero paraíso para los sentidos.