Bar de tapas y menú diario, típico de pueblo. Sin lujos pero con unos precios de escándalo en relación calidad, cantidad y precio. Sólo he ido a almorzar, pero por la zona en que está creo que tiene un precio muy competitivo para los almuerzos: bocadillo + bebida + café: 4,50 € El personal es muy rápido sirviendo, la atención familiar y cercana. En cuanto a la elección del almuerzo los estantes de la barra se llenan de platos para poder elegir, y conforme se terminan van reponiendo o añadiendo diferentes raciones para elegir en caso de que de las que hubieran ya no quedase más cantidad. Hay bastante zona para aparcar alrededor, pero la verdad es que suele estar bastante abarrotada de coches. Suelen ir ciclistas a almorzar, pero las bicicletas deben quedarse en la puerta ya que no hay sitio donde dejarlas en el interior.