Bora Bora

Hay varios eventos en la vida de un amigo en el que tu cartera se echa a temblar como la boda, el nacimiento de su primer hijo y demás fechas señaladas en su calendario con el color verde esperanza y en el tuyo con el color rojo multa. Sí, llegado ese momento (porque no pienses que está tan lejos) una se arma de paciencia y se autoconsuela porque total no queda otra.
A mí me tocó el día del primer nacimiento, que por cierto también he de reconocer que es muy ilusionante y más teniendo en cuenta que era la primera de la pandilla que nos hacía titas a todas. Mi amiga Rocío había parido una preciosa niña de tres kilitos que nos miraría después con sus ojitos de negro azabache con cara de pilluela.
Yo pensé en regalarle casi de todo, pero algunas cosas ya se las habían comprado y en otras yo era una ignorante en la materia. Así que me decidí por el clásico trajecito de bebé monísimo que siempre gusta y nunca se suele repetir. Vine a Bora Bora, porque ese día iba de paso por la zona y me gustó un conjuntito que ví super gracioso. Había mucha variedad para bebé, entre otros artículos como telas o sábanas. Yo no podía dejar de pensar en ese minúsculo conjuntito en tonos rosita pastel y con unos dibujos de conejitos que saltaban. Me enamoré y casi me lo llevo puesto. Me costó la broma 40 euros pero claro la amistad de tantos años no tiene precio. Así que Bora Bora me sacó las castañas del fuego.
Habrá más eventos y más multas, pero eso será el signo induscutible de que los años van pasando al lado de tu gente, de los que quieres.

Hogar, bebé y complementos…
Eso dicen, pero la verdad es que tienen un poco de todo allí, y si no, te intentan hacer el apaño. Entré preguntando por un lazo con los colores de la bandera de España. No os asustéis. Era para un disfraz (de las Nancys que había de «recuerdo de mi primera mili» que llevaban la banda con esta inscripción y en esos colores).
La mujer de la tienda no tenía pero rápidamente me estaba sacando un lazo rojo ancho y uno amarillo más estrecho, y un pegamento para telas. ¡Ea! Super pronto me solucionó la papeleta. Eso sí, al final no me quedé nada porque era un poco caro y una, que es un poco maruja, sabe a cómo está el metro de lazo y tampoco está la cosa para derrochar (¡¡que tenía que comprar 18 metros para mi y para mis amigas!!)
Pero tienen allí de todo, ¿eh? así que es un sitio para tener en cuenta, que a veces se tira una media mañana buscando cualquier pamplina.
Además, la señora de la tienda está un poco loca y es como nerviosilla. Es muy graciosa y amable. A mi me resulta muy graciosa y, si no encuentras lo que buscas, pues ¡por lo menos te has reído un rato!

Cuando piensas en Bora Bora te viene a la cabeza una de las discotecas más conocidas de la isla ibicenca. Sin embargo en Sevilla esas dos palabras no tiene nada que ver y se asocia, al menos en la Calle Niebla, a la cama, a los tejidos y a los bebés, en lugar de a las pistas de baile.
Entré para mirar fundas de nórdicos que se pudieran ajustar al color rojo burdel de mi dormitorio. Encontré una funda muy bien de precio de color amarillo a juego con el estampado de las cortinas. Aún no me la he comprado, porque aún no estoy seguro que de vaya a encajar del todo. La chica de la tienda me dijo que en breve traerían más. Así que he decidido esperar y así ir con mi pareja para que podamos elegirla juntos, o mejor dicho, para que al final vaya a alegirla ella.
Además de ropa para cama tienen mucha variedad de cortinas confeccionadas y telas para confeccionarlas. Así como ropa de bebé como pijamitas y patucos. No hay precios claros, es decir, tienen cosas muy baratas, pero otras que se van mucho de precio. En definitiva una de esas tiendas de barrio que de vez en cuando gusta explorar.